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Descubre cómo ‘envenenan’ la comida española

En concreto, el informe centra el análisis en un tipo de plaguicidas, los contaminantes hormonales (también conocidos como disruptores endocrinos o EDC), con capacidad de alterar el funcionamiento normal del sistema hormonal tanto de seres humanos como de animales.
Los plaguicidas contaminantes hormonales presentes en los alimentos exponen a la población a un peligroso cóctel de tóxicos que diversos estudios científicos relacionan con daños en la salud humana. El 28% de las productos analizados tienen residuos de plaguicidas. El porcentaje aumenta hasta el 45% en frutas y verduras. Los Estados europeos votan durante estas semanas una propuesta de la Comisión Europea que puede permitir la presencia de contaminantes hormonales en los plaguicidas. [Informe] Directo a tus hormonas El informe ’Directo a tus hormonas. Guía de alimentos disruptores’ que presenta Ecologistas en Acción analiza datos oficiales de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) para alertar del peligro que supone la exposición de la población española a plaguicidas a través de la alimentación. En concreto, el informe centra el análisis en un tipo de plaguicidas, los contaminantes hormonales (también conocidos como disruptores endocrinos o EDC), con capacidad de alterar el funcionamiento normal del sistema hormonal tanto de seres humanos como de animales. La guía elabora una lista de los 10 alimentos más contaminados. Las peras, con 16 plaguicidas EDC, ocupan el primer puesto. La exposición de la población a estos tóxicos se relaciona con enfermedades y daños en la salud cuya incidencia ha crecido en las últimas décadas como pérdida de fertilidad, malformaciones congénitas, diabetes, obesidad, daños en el sistema inmune, autismo, síndrome de hiperactividad y diversos tipos de cáncer como el de mama, próstata, testículos o tiroides. La legislación actual, que permite la presencia de plaguicidas por debajo de un límite de residuo por alimento, es inadecuada para los contaminantes hormonales. Cualquier mínima cantidad entraña un peligro, que puede multiplicarse por la acción combinada de las decenas de plaguicidas encontrados por el análisis. Por esta razón, el Reglamento Europeo 1107/2009 prohíbe expresamente el uso de plaguicidas que puedan afectar al sistema hormonal. Sin embargo, esta prohibición no se ha aplicado, porque la Comisión Europea no ha elaborado criterios legales para la identificación de los contaminantes hormonales. El lanzamiento del informe coincide con la discusión en Bruselas de una propuesta de definición de contaminantes hormonales que ha recibido duras críticas de la comunidad científica, de organizaciones para el cuidado de la salud y el medio ambiente y de países como Suecia, Dinamarca y Francia. Ecologistas en Acción considera necesario que los representantes del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente se opongan a la propuesta de la Comisión Europea y den un paso al frente para proteger la salud de su población, prohibiendo los plaguicidas que puedan alterar el sistema hormonal.

http://www.ecologistasenaccion.org/IMG/pdf/informe-plaguicidas-2016.pdf

Fuente:http://www.ecologistasenaccion.org/

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AZÚCARES: CÓMO INTOXICAMOS A LOS NIÑOS SIN SABERLO

Los científicos advierten del peligro de bebidas azucaradas y productos procesados que reducen la esperanza de vida de los menores

BEATRIZ PORTINARI
4 SEP 2016

Todo empieza con los cereales industriales, galletas o magdalenas del desayuno y el sándwich con zumo envasado que metemos en la mochila para el recreo. Que se suma a una lata de bebida carbonatada, batidos, algún bollo industrial para la merienda y en ocasiones pizza, salchichas, hamburguesas y sus salsas, conservas o cualquier otro producto procesado que nos permite solucionar rápido una cena. Las prisas hacen que no nos fijemos en la cantidad de azúcar añadido que estamos sumando gratuitamente a la dieta de los más pequeños y pone en riesgo su salud. No se trata solo de caries y obesidad, sino de las enfermedades derivadas que -según la comunidad científica- van a provocar la primera generación de jóvenes con una esperanza de vida menor que sus padres por los malos hábitos alimentarios.

“El problema que tenemos en España es una falta de conciencia crítica y falta de costumbre de leer e interpretar los etiquetados de los productos. Asociamos el azúcar al que se toma a cucharadas, pero no nos damos cuenta de que existe otro azúcar peligroso que está escondido y disimulado. Incluso los productos que dicen “sin azúcar añadido” son engañosos porque si vemos su composición comprobamos que no es verdad. Es imposible que un zumo envasado no lleve algún edulcorante. La legislación del etiquetado debería ser más restrictiva para que obligase a las compañías a declarar la cantidad de estos compuestos y su riesgo para la salud”, señala la doctora María Ballesteros, miembro de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). Y añade: “Con estos malos hábitos, que estamos inculcando a los niños, ponemos en riesgo su salud. Hay tipos de obesidad muy dañinos que tienen signos menos evidentes: no se trata solo de coger unos kilos. Además de la tremenda tasa de obesidad infantil que tenemos, los estudios han demostrado que estos azúcares añadidos aumentan las posibilidades de sufrir síndrome metabólico y enfermedades derivadas como cardiopatías, hipertensión, diabetes y cáncer que reducirán su esperanza de vida”.

¿Sabemos realmente a cuántas cucharas de azúcar equivalen los productos que consumimos? La respuesta es no. En muchas etiquetas solo se advierte en general la presencia de sacarosa, fructosa, dextrosa, pero no la cantidad exacta. Algunas iniciativas -como esta cuenta de Instagram- señalan la equivalencia, pero recomiendan revisar siempre el etiquetado. Por ejemplo, una cucharada de salsa de tomate para hamburguesa equivale a cuatro cucharas de azúcar, mientras un refresco contiene entre 20 y 30.

La muerte edulcorada

La Asociación Americana de Corazón acaba de publicar en la revista Circulation el estudio Added Sugars and Cardiovascular Disease Risk in Children, con la recomendación de reducir en niños el consumo de azúcares añadidos -sólidos o líquidos-a menos de 25 gramos al día, lo que equivaldría a 100 calorías o seis cucharitas de azúcar. La investigación, dirigida por Miriam Vos, experta en nutrición y profesora asociada de pediatría en la Escuela Universitaria de Medicina de Emory (Atlanta, Georgia), también recomienda reducir el consumo de bebidas azucaradas a menos de 23 centilitros semanales. Una sola lata ya contiene 33 centilitros.

Estos datos siguen la línea de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en 2015 lanzó una directriz mundial para reducir la ingesta de “azúcares libres” (distintos de los “intrínsecos” y saludables que encontramos de forma natural en frutas y verduras) al 10% y 5% de la ingesta calórica total. También confirman las advertencias del estudio publicado el año pasado que cifraba en más de 180.000 muertes anuales derivadas del consumo de bebidas azucaradas. Precisamente un equipo de investigadores españoles pertenecientes a la red CIBEROBN del Instituto de Salud Carlos III acaba de publicar en la revista Journal of Nutrition un informe en el marco del Estudio PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea), que señala directamente a las bebidas azucaradas -incluyendo bebidas light y zumos de fruta envasados- como causantes del aumento del riesgo a sufrir síndrome metabólico.

“Estamos en un contexto casi de tintes bélicos en el que observamos por una parte a las empresas con intereses económicos en la industria azucarera y de productos procesados, que nos fuerzan a consumir más azúcar a pesar de conocer las enfermedades metabólicas que vamos a sufrir en un futuro. Y por otra parte tenemos las administraciones con su política de brazos caídos que no controlan ni legislan para evitar este consumo masivo”, advierte Juan Revenga, Biólogo miembro de la Fundación Española de Dietistas-Nutricionistas (FEDN) y profesor de Ciencias de la Salud de la Universidad de San Jorge.

Los científicos no dejan de lanzar advertencias y demostrar los peligros de estos productos, pero ¿por qué nadie interviene ni controla el consumo de esta droga legal? Revenga encuentra un motivo claro: el dinero. “Cuando los directivos de estas empresas se han planteado reducir los compuestos nocivos ven que reducen también los ingresos. Les interesa dar al consumidor lo que este pide: más azúcar, más beneficios. El colmo está en los acuerdos entre hospitales y laboratorios que se dejan financiar por cadenas de comida rápida, colegios que aceptan máquinas de vending porque las marcas les van a construir un polideportivo o el caso más irónico: el Plan Havisa (Hábitos de Vida Saludables), publicitado por el gobierno y financiado por un grupo de empresas de productos procesados. Lo más sangrante es que estos empresarios y políticos no consumen esos productos porque saben los riesgos que conllevan, como se explica en el demoledor libro Adictos a la comida basura del Premio Pulitzer Michael Moss”, afirma Revenga, que en su blog ha denunciado varios casos de esta intoxicación edulcorada y lo asemeja al surrealismo de un hipotético congreso de bomberos financiado por pirómanos.

Impuestos contra el azúcar

¿Qué pueden hacer las familias para evitar este consumo masivo de azúcar? Los nutricionistas encuentran una solución clara: más compras en el mercado de proximidad y menos en el supermercado. Los “alimentos silenciosos”, como frutas, verduras y pescados, no necesitan un etiquetado que justifique su composición. Son la única forma de evitar los compuestos añadidos disimulados que se encuentran en los productos procesados. “En consulta encuentro a madres que me dicen que solo dan un zumo envasado a su hijo para merendar, con la esperanza de que sea sano. ¿Cuánta cantidad de fruta real contiene? Muy poca. No nos podemos dejar engañar. La mejor forma de consumir fruta es a mordiscos o zumos exprimidos en casa. Si a una dieta equilibrada con más verduras añadimos pasta, legumbres y arroz aportaremos el azúcar de lenta absorción que va a garantizar el aporte de energía necesario para los niños. No como los picos de azúcar de todos esos productos artificiales que además tienen poco contenido alimenticio”, explica María Jesús Pascual, pediatra del Hospital Nisa Pardo de Aravaca de Madrid.

Ante la epidemia de obesidad infantil algunos países como México, Francia o Italia han puesto en marcha impuestos elevados sobre productos edulcorados para reducir su consumo. Reino Unido impondrá esta medida a las bebidas azucaradas dentro de dos años. En España estos impuestos ni están ni se les espera por las presiones de la industria alimentaria: el lobby azucarero es más fuerte que la presión social y el compromiso político para proteger la salud de los niños.

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Los pollos ecológicos son más guapos!!!!!

¿QUÉ DIFERENCIA A UN POLLO BIO?

Los pollos ecológicos son más guapos

Sus plumas brillan, sus crestas desafían altivas la gravedad, sus patas robustas están acostumbradas a pisar la tierra. Se diría que estos pollos son diferentes. ¡Vaya si lo son! Nos colamos en la primera granja de pollos ecológicos de Aragón, una explotación donde las aves pueden campar a sus anchas al aire libre. Su único enemigo: las rapaces.

pollo_ecologico¿El Clooney de las aves? | Foto: Cocinatis

Óscar Senar @OscarSenar  |  Zaragoza  | Actualizado el 26/07/2015 a las 19:45 horas

No hace falta un certificado (que lo tienen) para saber que estos pollos son diferentes. A simple vista se comprueba que las aves que crecen en la granja DelCinca, en Albalate de Cinca (Huesca), están de lo más lustrosas. Hace cuatro años, la familia de Arturo Salvador puso en marcha esta explotación, la primera de carácter ecológico en Aragón. Aquí, los pollos tienen un mínimo de 90 días para crecer antes de ir al matadero (frente a los 35 días de un ave industrial), cuentan con un amplio terreno para esparcirse y comen pienso ecológico. Esto se traduce en una carne más sabrosa y con la garantía de que el animal ha disfrutado de contacto con la naturaleza.

Los pollitos llegan con apenas un día de vida a la granja. Proceden de explotaciones convencionales, ya que en España no existe producción de huevos ecológicos para cría, según explica Arturo Salvador. Una vez en las instalaciones de Albalate, los animales van a tener una vida del todo natural. Nada de suplementos nutricionales o antibióticos. Mientras crecen se alimentan solo de pienso ecológico y de las verduras y hierbas que pueden picotear en el campo, lo que le da una mayor ración de proteínas a su dieta. Que hace calor o llueve: todos adentro del corral. Que sale un buen día: todos a rebuscar y escarbar entre la vegetación. Cuando les llega su hora, las aves son transportadas hasta el matadero ecológico de Copóns (cerca de Igualada), el más cercano de este tipo a la granja. De vuelta a Albalate, la familia de Arturo se encarga del despiece, envasado y comercialización de la carne.

DelCinca empezó con capacidad para 600 animales y ahora ya tienen espacio para 2.500 pollos. No porque estos estén más apretados, sino porque se han ido añadiendo módulos, por los que las aves van pasando conforme crecen. En cada uno de los recintos habitan 240 pollos, que se guarecen y alimentan en una caseta (en la que puede haber un máximo de 10 pollos por m², frente a los 16-18 por m² de las granjas normales) y tienen una amplia parcela vallada, en la que disponen de un mínimo de 8 m² por individuo (algo impensable en la avicultura intensiva).

Llama la atención que en las esquinas del recinto se yerguen espantapájaros con forma de búho. «Uno de los problemas de estas explotaciones es que, al estar al aire libre, las águilas se llevan los pollitos, así que tratamos de ahuyentarlas como sea», explica Arturo. Un ave rapaz sobrevuela el cielo para corroborar la amenaza.

El respeto al bienestar de los animales da como resultado carne con más sabor, ya que el estilo de vida de los pollos ecológicos hace que la grasa se infiltre en los músculos. Según revela Arturo, «cada día más gente se interesa por este tipo de producto; no son solo personas con un alto poder adquisitivo, sino consumidores que buscan comer más sano». Por su parte, haberse embarcado en esta aventura es ante todo «un compromiso con la agricultura ecológica». Como el movimiento se demuestra andando, en DelCinca ya planean en un futuro poder cerrar el círculo y llevar a cabo ellos mismos todas las fases de la producción.

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Las grasas de la dieta mediterránea, un ‘mar de salud’

En los últimos años son innumerables los estudios que han relacionado esta alimentación con la protección a diversas enfermedades, así como un mejor estado de salud. Su acción protectora esta asociada a que los alimentos que la componen son ricos en antioxidantes, fibra, hidratos de carbono complejos, ácidos grasos monoinsaturados, minerales y vitaminas.

La dieta mediterránea, que tradicionalmente se consume en España, es referente de dieta variada, equilibrada y moderada y, por lo tanto, un modelo alimentario saludable que algunos estudios relacionan con una menor prevalencia de algunas enfermedades. En los últimos años son innumerables los estudios que han relacionado esta alimentación con la protección a diversas enfermedades, así como un mejor estado de salud. Su acción protectora esta asociada a que los alimentos que la componen son ricos en antioxidantes, fibra, hidratos de carbono complejos, ácidos grasos monoinsaturados, minerales y vitaminas. Hasta ahora, siempre que se habla de dieta saludable como la mediterránea, se hablaba de restringir las grasas, sin embargo no todas las grasas son iguales, por eso no todas deben limitarse o reducirse en la dieta. Este tipo de alimentación puede, como demuestra una nueva investigación, incluir «una gran cantidad de cierto tipo de grasas». Una revisión de la evidencia disponible sugiere que una dieta mediterránea sin restricciones en el consumo de cierto tipo grasas puede reducir el riesgo de una persona de padecer diabetes, cáncer de mama y eventos cardiovasculares en comparación con otras dietas, como revelan en un artículo sobre su trabajo publicado en la revista ‘Annals of Internal Medicine’. A pesar de los avances en el diagnóstico y el tratamiento, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y el cáncer siguen siendo las principales causas de morbilidad y mortalidad en los países desarrollados. Las dietas occidentales típicas, que son elevadas en grasas saturadas, azúcar y granos refinados, se han relacionado con el desarrollo de estas patologías crónicas, pero la limitada evidencia sugiere que una dieta mediterránea, que es esencialmente de origen vegetal, puede ser una opción más saludable. Los autores de este trabajo, expertos del Centro Médico Minneapolis VA, en Estados Unidos, revisaron la evidencia disponible para resumir el efecto de una dieta mediterránea sobre los resultados de salud y evaluar si las poblaciones de América del Norte serían propensas a adherirse a una dieta de este tipo. Dado que no todos definen la dieta mediterránea de la misma manera, los científicos la definieron como una dieta que no tiene ninguna restricción en la ingesta de tipos de grasas, ya que incluye una alta proporción de grasa monoinsaturada y poliisaturada e incorpora las grasas saturadas. Por ejemplo, usando oliva aceite como ingrediente principal de cocción, y con alto contenido de frutas y verduras, alto consumo de legumbres, ingesta elevada de grano y cereales, consumo moderado de vino tinto, consumo moderado de productos lácteos, bajo consumo de carne y productos cárnicos y una mayor ingesta de pescado. Algunos ensayos controlados aleatorios han comparado este tipo de dieta con todos los demás, pero pocos que sugieren que una dieta mediterránea sin restricción de la ingesta de grasa puede estar asociada con una menor incidencia de eventos cardiovasculares, cáncer de mama y diabetes tipo 2. Los investigadores no encontraron estudios que cumplieron los criterios de inclusión para evaluar los resultados de adherencia. Sin embargo, datos de observaciones revelan que la incidencia total del cáncer y la mortalidad y la incidencia del cáncer colorrectal y de pulmón fueron más bajos en las personas con mayor adherencia a la dieta mediterránea en comparación con aquellos con los índices más bajos, pero no muestran asociación entre la adherencia a la dieta mediterránea y el riesgo de cáncer de mama. ep

Fuente: medio ambiente

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COCTEL DE QUIMICOS EN MANZANAS CONVENCIONALES


Greenpeace encuentra un cóctel químico en manzanas de producción convencional.

Se han analizado manzanas en once países de Europa y se han encontrado hasta ocho plaguicidas. España, el país en el que se han detectado las medias más altas de residuos por muestra. Los plaguicidas encontrados representan un riesgo para el medio ambiente y consecuencias desconocidas para la salud.

manzanas pesticidaas

Greenpeace ha analizado en un laboratorio independiente alemán 126 muestras de manzanas de producción nacional compradas en 23 supermercados de 11 países europeos y ha encontrado en las manzanas convencionales un amplio cóctel químico. En las manzanas ecológicas no se ha detectado ningún residuo químico. Las conclusiones han sido recogidas en el informe “Aplicación de plaguicidas como rutina en la producción convencional de manzanas de la UE”.

Las medias más altas de residuos por muestra se encontraron en las de España (4,3) seguidas de las de Bulgaria (4,0) y los Países Bajos (3,4). En nuestro país se recogieron 14 muestras, 11 convencionales y 3 ecológicas. Todas las muestras de manzanas convencionales contenían de entre 1 y 7 plaguicidas. Las muestras fueron compradas en Madrid en los siguientes supermercados: Alcampo (3 muestras, 2 convencionales y 1 ecológica), Carrefour (3 convencionales), E. Leclerc (2 convencionales), Lidl (2 convencionales), Mercadona (2 convencionales), NaturaSi (2 ecológicas y de Km 0). Excepto NaturaSi, solo un supermercado ofrecía manzanas ecológicas de producción nacional (Alcampo) y otro (Carrefour) las ofrecía, pero eran importadas. Las manzanas españolas son las segundas con más número de residuos, en concreto las de Carrefour y Mercadona, con 7 plaguicidas.

Por otra parte en las manzanas de Alcampo se hallaron restos de difenilamina, un plaguicida cuyo uso no está aprobado en la UE.

Este químico e puede utilizar como tratamiento después de la cosecha en países no pertenecientes a la UE. Por tanto, dado que el nivel hallado fue bajo, es posible que su presencia se deba a una contaminación cruzada mientras se almacenaron o empaquetaron juntamente manzanas procedentes de la UE y de países no pertenecientes a la UE.

En global las manzanas analizadas procedían, además de España de Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Eslovaquia, España, Francia, Italia, Países Bajos, Polonia y Suiza. De ellas, 109 procedían de la producción convencional y 17 eran ecológicas. Se analizó una amplia gama de sustancias químicas y el 83% de las muestras de manzanas convencionales (91 muestras) contenía uno o más residuos detectables y el 60% contenía dos o más. Se detectaron un total de 39 residuos de plaguicidas diferentes, todos ellos por debajo de los límites permitidos. Ninguna de las muestras ecológicas contenía residuos detectables.

Peligros de los plaguicidas

La mitad de los plaguicidas encontrados se sabe que es tóxico para los organismos acuáticos, como las pulgas de agua y peces, y para las abejas y otros insectos beneficiosos. Es importante recordar que las manzanas tienen una gran dependencia de los insectos polinizadores como las abejas y, en su ausencia, pueden darse pérdidas de producción de hasta un 90%. Por otro lado, con numerosos plaguicidas con propiedades bioacumulativas, impactos sobre la reproducción u otras propiedades peligrosas, y con numerosas lagunas en los datos, los riesgos potenciales para la salud humana no pueden ser descartados por completo.

“Los plaguicidas químicos están presentes desde el campo hasta el plato. El cóctel químico que hay en las manzanas analizadas por Greenpeace es solo un ejemplo de lo que puede estar pasando con el resto de alimentos provenientes de la agricultura convencional” ha afirmado Luís Ferreirim, responsable de agricultura de Greenpeace. “Greenpeace insta a los supermercados a que eliminen gradualmente los plaguicidas tóxicos en la producción de frutas y verduras, que apoyen a los agricultores y agricultoras a cambiar al modelo ecológico y que amplíen su oferta de productos ecológicos locales” ha añadido Ferreirim.

La diversidad de las sustancias encontradas refleja que en el cultivo convencional de manzanas se usa rutinariamente plaguicidas. Teniendo en consideración ésto junto con la falta de datos acerca de los posibles impactos de los cócteles químicos en el medio ambiente o en la salud humana, las preocupaciones son significativas. Tampoco es aceptable que los agricultores y agricultoras, esos que nos dan de comer cada día, y sus familias tengan que estar expuestos a la carga tóxica derivada del sistema de agricultura industrial.

Algunos de estos plaguicidas se consideran altamente persistentes y tienen el potencial de bioacumulación. Esto significa que una vez que se liberan en el medio ambiente, se descomponen lentamente y pueden ser absorbidos y acumulados por una variedad de organismos a lo largo de la cadena trófica y provocar un daño generalizado a todo el ecosistema. Este análisis de Greenpeace confirma los resultados obtenidos a partir de muestras de agua y suelo tomadas a principios de este año en los cultivos de manzanos en toda Europa, donde también se encontró un amplio cóctel de residuos de plaguicidas.

“Los consumidores no quieren ser involuntariamente responsables de dañar nuestro medio ambiente ni estar expuestos constantemente a un cóctel químico a través de su alimentación. Es urgente romper el ciclo vicioso instaurado por la agricultura industrial” ha concluido Ferreirim.

La agricultura ecológica garantiza cultivos y alimentos saludables para hoy y mañana, ya que protege el suelo, el agua y el clima promoviendo la biodiversidad. A su vez, no contamina el medio ambiente con agroquímicos ni cultivos transgénicos y tiene un enorme potencial para generar empleo.

Fuente: Greenpeace – www.greenpeace.org

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LOS SELLOS DE CERTIFICACION ECOLOGICA

La necesidad de los sellos de certificación ecológica

eurohoja bioConsumir productos ecológicos no sólo supone alimentarnos y vivir de una forma más saludable, también contribuye a la lucha por un futuro más digno para nuestros hijos y por un planeta sostenible, libre de químicos y transgénicos. En España llevamos un rato en camino pero si miramos a otros países de nuestro entorno, comprobamos que hay mucho por recorrer y que no es una apuesta idealista sino una cuestión de voluntad y sentido común.

Según los datos de la Comisión europea, de 2000 a 2011 la demanda de alimentos ecológicos en Europa se cuadruplicó. Más del 70% de los europeos confía en los productos ecológicos aunque, de ese número, casi un 60% opina que habría que mejorar el sistema de control.

Uno de los objetivos de la certificación ecológica europea fue precisamente dar unas garantías a los consumidores y evitar la confusión al identificar un producto ecológico. Por eso, desde 2010 es obligatorio el logotipo ecológico europeo de la “Eurohoja”,  el cual permite a los consumidores saber que los productos que llevan esta certificación, siguen las mismas normas de control que establece la UE. Se permitió un periodo de transición y desde julio de 2012  es también obligatorio para todos alimentos ecológicos pre-envasados y que hayan sido producidos en los Estados miembros de la UE. Desde entonces, los productos que no se elaboran de acuerdo a las normas ecológicas europeas, ya no pueden utilizar términos como bio, eco, etc…, en marcas registradas, etiquetados o publicidad.

En un estudio de 2012 del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MAGRAMA),  sobre el perfil del consumidor de alimentos ecológicos en España, resultaba preocupante el dato de que, “solamente un tercio de la población española reconoce la etiqueta identificativa del producto ecológico”.

Es importante  saber que al comprar un producto ecológico con el sello de la Eurohoja se nos ofrece la garantía de:

1. Que el producto está libre de productos químicos como plaguicidas, fertilizantes y antibióticos.

2. Que se ha elaborado mediante los cultivos de temporada y la rotación de cultivos

3. Que, como mínimo, un 95% de sus ingredientesse han elaboradode manera ecológica

4. Que no contiene organismos modificados genéticamente (OMG) (y si se han incorporado de manera no intencionada, que su proporción en el ingrediente sea menor del 0,9%)

5. Que el producto cumple con las normas del plan de inspección oficial: todos los operadores ecológicos han de ser inspeccionados al menos una vez al año. Se lleva a cabo una toma de muestras,  análisis de la tierra, de materias primas y de producto terminado y se exige una documentación detallada de todas las entradas y salidas de producto y de materia prima.

6. Que proviene de forma directa del productor o del transformador en un envase sellado.

7. Que se identifica al productor, al transformador o al vendedor y al organismo de inspección.

8. Que se controla el bienestar animal y las necesidades específicas de cada especie: prácticas de cría adecuadas,  fomento de las defensas inmunológicas naturales de los animales, que los animales pasen una serie de horas al día en el exterior y que su alimentación sea con piensos ecológicos.

En España, el control y la certificación de la producción agraria ecológica es competencia de las Comunidades Autónomas y son los Consejos o Comités de Agricultura Ecológica territoriales los responsables de que se aplique esta normativa comunitaria y de emitir sus respectivos sellos oficiales de certificación. En Andalucía y Castilla – La Mancha, la entidad certificadora es una asociación sin ánimo de lucro y, en el caso de Aragón, coexiste una autoridad de control pública con organismos de control privados.

Desde 1999, Intereco, asociación sin ánimo de lucro, agrupa a estos Comités y Consejos de producción ecológica y trabaja para mejorar estas funciones de control y certificación de los productos ecológicos amparados por la legislación europea.

Además del sello obligatorio de la eurohoja, podemos encontrar otros logotipos ecológicos en las etiquetas del producto como los logos ecológicos nacionales, (por ejemplo “AB” de Francia, “Bio-Siegel” de Alemania, “Soil Association Certification” del Reino Unido…). También podemos encontrar otros sellos como “DEMETER”, que, además de cumplir la normativa europea, incorpora los criterios basados en la agricultura Biodinámica o sellos de entidades privadas como “Ecocert” que funciona en todo el mundo.

Más información en: www.ec.europa.eu/agriculture/organic/index_es.htm; www.ineterecoweb.comwww.magrama.gob.es/es/alimentacion/temas/la-agricultura-ecologica/
Autora: Marta Gandarillas – Bio Eco Actual Septiembre 2015

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LOS PLASTICOS QUE DAÑAN LA SALUD: EL BISFENOL-A (o BP)

Los plásticos que dañan la salud: El Bisfenol-A (o BP)

bpaComo viene ocurriendo desde hace años, un estudio reciente nos vuelve a alertar del peligro de los disruptores endocrinos. Los centros de investigaciones científicas de Francia, República Checa y el CSIC de España, concluyen que “la exposición durante la vida fetal a contaminantes ambientales como los disruptores endocrinos altera la fertilidad masculina durante al menos tres generaciones”.

Como nuestra compañera, Alba Cánovas, nos ha venido informando en los tres primeros números de este año, los disruptores endocrinos (o EDC en inglés), provocan, según centenares de estudios científicos internacionales, alteraciones no sólo en el sistema reproductor, sino también en el neurológico y neuroinmunológico, así como enfermedades metabólicas e incluso cánceres de tiroides, mama, testículos y próstata.

Según un estudio francés, “entramos en contacto con 130 disruptores endocrinos durante las tres comidas del día”.

Uno de ellos es el bisfenol-A (o BPA), presente en el interior de las latas de comida y bebida, los recipientes de plástico, el film transparente y en otros productos cotidianos como los tickets del supermercado, CD’s, DVD’s, empastes, cristales de gafas, carcasas de ordenadores, pinturas y pegamentos… Esta sustancia imita a la hormona estrógeno y altera el sistema endocrino.

En 2011 la UE prohibió el bisfenol-A de los biberones infantiles. Pero ahí quedó la cosa. Los lobbies de la industria del plástico se encargan de presionar y se aferran ahora al polémico tratado TTIP negociado en secreto entre EEUU y la UE, para retrasar una legislación al respecto. Como denuncia David Michaels  en su libro La duda es su producto: Cómo los asaltos de la industria sobre la ciencia amenazan su salud”, se pagan estudios pseudocientíficos para crear la apariencia falsa de que hay controversia científica sobre temas en los que, realmente, no la hay. Esto ha ocurrido con el bisfenol-A y con el tritán, material que la industria sacó como sustituto no-nocivo del policarbonato (PC) y que diversos estudios científicos independientes de EEUU han demostrado que es más estrogénico.

stop bpaÚnicamente Francia parece haber tomado en serio este tema y en 2012, aprobó una ley que prohíbe el bisfenol A en TODOS los materiales, envases y recipientes que puedan estar en contacto con alimentos, sea cual sea la edad de las personas a las que estén destinados.  La OMS y la ONU advertían un año más tarde que, los disruptores endocrinos representan una “amenaza global que necesita ser respondida”.  Y es que los diversos estudios concluyen que produce, entre otras cosas, cambios en el comportamiento, hiperactividad, agresividad, diabetes y obesidad, pubertad temprana, reducción de la cantidad de esperma y ovocitos, abortos espontáneos…

El 95 % de los ciudadanos de países occidentales contienen niveles de bisfenol-A en su sangre. Un 99% nos llega a través de la alimentación y es a través de la alimentación de las madres como llega a los fetos, el grupo más vulnerable. Los estudios han detectado que, el bisfenol-A, se encuentra en mayor concentración en los fetos que en las madres.

Lo más recomendable sería utilizar  envases de vidrio  para calentar, almacenar y conservar los alimentos, pero, por lo menos, debemos distinguir los tipos de plásticos que tenemos en casa y evitar los más perjudiciales.  Generalmente llevan un símbolo de reciclaje con una numeración del 1 al 7 dentro y unas letras:

A evitar: El policloruro de vinilo (PVC con código 3), las resinas epoxi (en el interior de latas de conserva y refrescos y en la tapas de botes y botellas de vidrio) y muchos policarbonatos (PC con código 7), contienen bisfenol-A. El poliestireno (PE código 6libera estirenos cuando se calienta.

Los más seguros serían los de código 2 (PEAD), 4 (PDBD) y 5 (PP)

Existe controversia sobre si las botellas de agua y refresco con código PET(1), transmiten o no bisfenol-A al agua. En cualquier caso no se han de reutilizar ni exponer a temperaturas altas.

Además del tipo de plástico tendremos en cuenta: el estado del recipiente (si está dañado), el tiempo de contacto y la temperatura de los alimentos (en ambos casos cuanto más, mayor contaminación de sustancia pasa al alimento) y el ph del alimento (evitar especialmente los alimentos ácidos y las bebidas carbonatadas).

Liberación de sustancias químicas en los plásticos alimentarios

quimicos envases bpa

Autora: Marta Gandarillas, periodista

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12 aditivos alimentarios con los que conviene tener cuidado

Los aditivos están más presentes de lo que nosotros creemos en los productos que consumimos habitualmente. A corto plazo, el daño no es visible, pero a largo plazo, su consumo puede resultar perjudicial. Por eso, es mejor sustituir los alimentos más procesados de nuestra dieta diaria por alimentos frescos y ecológicos. A continuación, os dejamos con una lista de los aditivos más perjudiciales para el cuerpo humano y que consumimos habitualmente, sin darnos cuenta.

CHICKLES

  • Nitratos y nitritos: son agentes que se utilizan como colorantes y saborizantes. También alargan la vida útil del producto más de lo que resulta natural. Es frecuente que se añadan a productos cárnicos. ¿Cómo actúan? Los nitritos reacciona de forma natural ante las arninas (proteínas). Esta reacción provoca la formación de nitrosaminas, que tienen acción carcinógena. Los nitritos están asociados al cáncer de estómago, esófago, cerebro y tiroides.
  • Bromato de potasio: se usa en la elaboración de panes y otros productos de panadería y pastelería para ayudar a subir la masa durante su horneado. Está listado como carcinógeno y prohibido en algunos pases. Puede causar tumores, toxicidad en los riñones y dañar nuestro ADN.
  • Propilparabeno: es un disruptivo endocrino que causa daños graves en nuestras hormonas. El propilparabeno actúa en nuestro cuerpo como un estrógeno sintético. Es capaz de alterar los genes, inclusive las células del cáncer de mama. El propilparabeno acelera el crecimiento de las células tumorales de las mamas. También está asociado con la infertilidad de las mujeres. Este parabeno se utiliza en la elaboración de tortillas, magdalenas o muffins, productos lácteos y bebidas.
  • Butirato de hidroxianisol: está clasificado como carcinógeno y en pruebas con animales ha causado diferentes tipos de tumores. También está clasificado como un disruptor endocrino. Baja los niveles de testosterona y de la hormona tiroxina. Afecta perjudicialmente al esperma y a los órganos reproductores. Se encuentra en carnes, patatas fritas y como saborizante en diferentes productos.
  • Propilgalato: se utiliza como conservante en productos de alto contenido en grasas. Como disruptor endocrino puede afectar a la actividad estrógena.
  • Teobromina: es un alcaloide que se encuentra de forma natural en el cacao y tiene un efecto similar a la cafeína. Se utiliza en productos como el pan, los cereales o las bebidas deportivas. Afecta al aparato reproductor y genera problemas en el desarrollo.
  • Saborizantes: suelen aparecer nombrados en las etiquetas de los productos bien como saborizante o bien como sabor o aroma natural. Están en más de 80.000 productos alimentarios. En un solo producto, puede haber hasta más de 100 saborizantes diferentes. Ese saborizante natural que aparece en la etiqueta contiene agentes químicos sintéticos como propilenoglicol o BHA.
  • Colorantes artificiales: el objetivo es que los productos sean más atractivos para la vista de los consumidores. No añaden ningún valor nutricional. Pueden causar tumores, contaminación por los furanos, asociados al cáncer. Los colorantes afectan a la hiperactividad de los niños y a la falta de atención
  • Diacetilo: se utiliza para dar sabor a las palomitas con mantequilla de microondas. Esta asociado a daños en los pulmones, en concreto bronquiolitis obliterante, que produce una inflamación crónica de las vías respiratorias.
  • Fosfatos: son uno de los aditivos más utilizados. Aparece en más de 20.000 productos y están asociados a problemas cardiovasculares.
  • Aluminio: este agente se acumula en nuestro cuerpo, principalmente en los huesos. El aluminio se usa en la industria como estabilizar que pueden provocar cambios neurológicos como alteraciones del comportamiento, dificultades en el aprendizaje o en la respuesta motora.

Estos aditivos aparecen sobre todo en los productos más procesados y elaborados como bollería, galletas o carnes y comidas preparadas.

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¿Por qué evitar consumir bebidas de cola?

Llega el verano, y con él. el calor. En esos momentos de más calor, las ganas de optar por una bebida refrescante y azucarada, son más altas que en cualquier momento. Además, las salidas y las actividades sociales se multiplican debido al buen tiempo y el tiempo libre.

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En vez de optar por líquidos más saludables y saciantes, como el agua, optamos por colas, limonadas, naranjadas…Pero ¿qué efectos tienen en nuestro cuerpo el consumo excesivo de este tipo de bebidas? ¿Por qué debemos evitarlas siempre que podamos?

  • Por el azúcar: suele ser el ingrediente principal de las bebidas refrescantes. La Cocacola contiene 10.6 gramos de azúcar por cada 100 mililitros de bebida. Esto equivale a 3.5 cucharadas soperas rasas por alta.
  • Causan intolerancias alimentarias. La causa de que puedan provocar este tipo de enfermedades es la nuez de cola, que es con lo que se hacen los refrescos, y que se parecen (en cuanto a apariencia) a la nuez moscada. Este tipo de ingrediente favorece la permeabilidad intestinal, que a la vez permite la entrada de bacterias o toxinas. La permeabilidad intestinal también puede producirse por algunos de los ingredientes de las bebidas de cola y refrescantes, los ácidos fosfóricos, conocidos comúnmente como agua carbonatada, que es, el primer ingrediente de la Cocacola. Si se crea esta permeabilidad, el cuerpo reaccionará a otras proteínas alimentarias de otros alimentos que consumimos habitualmente porque se «cuelan» a través de la barrera intestinal y por eso aparecen las alergias alimentarias.
  • Por los colorantes y la cafeína: el colorante E-150D, E-338 o aromas naturales (incluida la cafeína) son los colorantes que le dan eses color oscuro a la bebida de cola, que deriva de una fuente de productos que son alérgenos habituales, como la lactosa, la dextrosa o el jarabe de malta (todos ellos azúcares. Además, las colas también contienen cafeína y no solo el aroma a tal. Una lata de cola de 330 ml contiene 33 ml de cafeína, mientras que un café largo (150 ml) tiene de 58 a 220 ml
  • Nutricionalmente, además de azúcar, las bebidas refrescantes, no contienen ningún nutriente. Las calorías de este tipo de bebidas son vacías y no aportan ningún nutriente a nuestro cuerpo. El ingerir este tipo de bebidas antes o después de una de las comidas principales, hace que los alimentos no se digieran bien o se reduzca el apetito por alimentos de mayor aporte nutricional. Por último, señalar, que las bebidas azucaradas no quitan la sed. Si no muy al contrario, por contener azúcar, aumentan nuestras ganas de refrescarnos, por lo que una sola unidad de cola no es suficiente.
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Los beneficios de usar cosmética natural ecológica

La cosmética ecológica ya es una realidad consolidada en países como Estados Unidos, Canadá  y otros países de Europa. Sin embargo, en España es un sector emergente y no del todo conocido, por lo que las marcas más conocidas son internacionales y las nacionales, están luchando por darse a conocer.

Pero… ¿cuál es la diferencia entre ecológico, biológico y orgánico?

En sentido estricto, la cosmética ecológica es únicamente una cosmética elaborada con ingredientes 100% naturales y ecológicos, y que no usa ningún elemento químico en su composición. Además la cosmética ecológica, biológica u orgánica (se pueden usar estos términos indistintamente) se basa en la utilización óptima de los recursos naturales sin emplear productos químicos de síntesis u organismos genéticamente modificados. Es decir, va más allá de la cosmética natural y nos protege y cuida el medio ambiente. Los ingredientes de la cosmética natural ecológica provienen de cultivos ecológicos, es decir, de cultivos dónde no se usan ni pesticidas, ni abonos sintéticos, ni se altera la temperatura del ambiente, etc.

The concern about the skin

Pero no solo su contenido respeta las normas ecológicas sino también su proceso de fabricación y sus envases, utilizando frascos reciclables, reduciendo las emisiones de CO2, etc. Esta garantía de producto ecológico se cumple con dos sellos: Ecocert, que garantiza la transparencia en los cosméticos orgánicos, y Cosmebio, que facilita los principios activos de origen orgánico, la transparencia y la sostenibilidad.

Sin embargo, aunque la cosmética natural ecológica puede contener ingredientes sintéticos y químicos, estos están sometidos a diferentes controles y exigencias de calidad para que no supongan un gran porcentaje del producto ecológico.

  • La cosmética natural ecológica utiliza un número muy restringido de ingredientes sintéticos muy suaves. Estos ingredientes se utilizan en una proporción pequeña en algunos productos, mientras que en otras se descartan completamente.
  • La cosmética natural no utiliza materias primas de origen animal, a excepción de las que se obtiene de los animales vivos como la miel o la leche. Y como resultado lógico entre los principios para su elaboración se encuentra el rechazo a las pruebas con animales.
  • La tecnología utilizada para la fabricación de los cosméticos sea respetuosa con el medio ambiente y socialmente responsable
  • Los envases deben ser reciclables y el factor local es determinante

Para confirmar que un producto es verdaderamente ecológico existen diferentes sellos y certificados oficiales: Ecocert y Cosmebio en Francia, Soil Association en Reino Unido o BDIH en Alemania. Aunque cada uno tiene sus criterios, en la actualidad se está trabajando para unir los cuatro sellos bajo uno solo.

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Los beneficios del uso de cosméticos naturales son: la mejor asimilación del producto por nuestra piel, son indicados para personas con pieles sensibles o alergias y reducimos la exposición de tóxicos y químicos agresivos que dañan nuestra piel.

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