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LA INDUSTRIA AZUCARERA NOS «ENGAÑO»

azucarLa industria azucarera nos ‘engañó’ y ‘manipuló’ a todos

 

Los Institutos Nacionales de Salud habían llegado a la conclusión en 1969 de que centrarse en la reducción del consumo de la sacarosa «aunque teóricamente posible», no era práctico como una medida de salud pública, según revelan los documentos, cuyo análisis se publica en un artículo en la edición de este martes de la revista ‘Plos Medicine’.

 

Hace 65 años, la industria azucarera ya reconoció que su producto provoca caries. Según unos documentos recién descubiertos sobre el papel de la industria en el programa de salud dental estadounidense de 1970, analizados por investigadores de la Universidad de California en San Francisco, Estados Unidos, una organización comercial de la industria del azúcar en representación de 30 miembros internacionales ya aceptó en 1950 el hecho de que el azúcar causa caries en los dientes.

Por ello, la industria azucarera trabajó en estrecha colaboración con los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos en la década de 1960 y 1970 para desarrollar un programa de investigación federal centrado en enfoques distintos a reducir el consumo de azúcar con el fin de prevenir las caries en los niños estadounidenses, como refleja el archivo de 319 documentos de la industria descubierto en una colección pública de la Universidad de Illinois, Estados Unidos.

Los Institutos Nacionales de Salud habían llegado a la conclusión en 1969 de que centrarse en la reducción del consumo de la sacarosa «aunque teóricamente posible», no era práctico como una medida de salud pública, según revelan los documentos, cuyo análisis se publica en un artículo en la edición de este martes de la revista ‘Plos Medicine’.

Por ello, la organización comercial de la industria del azúcar y el NIH trabajaron en paralelo y, en última instancia, juntos en el desarrollo de enfoques alternativos de investigación. El 78 por ciento de un informe presentado al Instituto Nacional de Investigación Dental (NIDR, por sus siglas en inglés) por la industria azucarera se incorporó directamente en la primera petición del NIDR de propuestas de investigación para el Programa Nacional de Caries de 1971.

LA INVESTIGACIÓN PERJUDICABA A SUS INTERESES

La investigación que podría haber sido perjudicial para los intereses de la industria azucarera (como el estudio de métodos para medir la propensión de alimentos específicos para causar caries) se omitió de las prioridades de investigación identificadas en el lanzamiento de dicho programa.

«La comunidad dental siempre ha sabido que para prevenir la caries en los dientes es necesario restringir la ingesta de azúcar –afirma el primer autor Cristin Kearns, un erudito postdoctoral en UCSF que descubrió los archivos–. Fue decepcionante saber que las políticas que estamos debatiendo hoy se podrían haber abordado hace más de cuarenta años».

Aunque la caries dental es en gran medida prevenible, sigue siendo la enfermedad crónica líder entre los niños de Estados Unidos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). El CDC estima que más de la mitad de los niños y adolescentes estadounidenses tiene caries en sus dientes de adulto, y el 15,6 por ciento de los niños de 6 a 19 años posee caries sin tratar, que pueden llevar a la pérdida de dientes, infecciones y abscesos.

Kearns descubrió los papeles en una colección que dejó en la biblioteca de la Universidad de Illinois el fallecido Roger Adams, profesor emérito de Química Orgánica que trabajó en la Fundación de Investigación del Azúcar (SRF) y Consejo Asesor Científico de Investigación de la Fundación Internacional del Azúcar (ISRF, por sus siglas en inglés), que se convirtió en la Organización Mundial de Investigación del Azúcar.

Incluyen 1.551 páginas de correspondencia entre los ejecutivos de la industria del azúcar, actas de reuniones y otros informes relevantes de entre 1959 y 1971. Kearns y los coautores de UCSF Stanton A. Glantz y Laura A. Schmidt analizaron los documentos en contraste con informes del NIDR para explorar cómo la industria del azúcar puede haber influido en las políticas de investigación del Programa Nacional de Caries de 1971.

LA INDUSTRIA INFLUYÓ EN LOS PLANES DE SALUD DENTAL

El análisis mostró que a finales de 1960 y principios de 1970, la industria azucarera financió la investigación en colaboración con las industrias de alimentos aliadas sobre enzimas para romper la placa dental y una vacuna contra la caries dental. También muestra que mantuvieron relaciones con el NIDR y que un panel de expertos de la industria azucarera es común a todos menos uno de los miembros del panel de NIDR que influyó en las prioridades del programa de la caries del NIH.

La mayoría de las prioridades de investigación y los proyectos iniciales fracasaron en gran parte en su intento de producir resultados en un gran escala, según hallaron los científicos que analizaron los documentos. «Estas tácticas son sorprendentemente similares a lo que vimos en la industria del tabaco en la misma época», apunta Glantz, que realizó descubrimientos similares en la década de 1990 sobre los trabajos de la industria del tabaco.

«Nuestros resultados son una llamada de atención para los funcionarios gubernamentales encargados de proteger la salud pública, así como los defensores de la salud pública, al entender que la industria del azúcar, al igual que la industria del tabaco, busca proteger los beneficios sobre la salud pública», agrega Glantz.

Aunque los autores reconocen que los papeles de Adams proporcionan una ventana pequeña sobre las actividades de una asociación de la industria del azúcar, señalaron que la posición actual de la industria del azúcar sigue siendo que la salud pública debe centrarse en la pasta de dientes con flúor, selladores dentales y otras maneras de reducir el daño del azúcar, en lugar de reducir el consumo.

Los investigadores llegaron a la conclusión de que la oposición de la industria a las propuestas políticas actuales, incluyendo directrices recién dictadas por la Organización Mundial de la Salud de reducir el azúcar añadido a menos del 10 por ciento de la ingesta calórica diaria, no debe permitir que se bloquee esta prudente norma de salud pública.

«Hay evidencia sólida ahora que une el exceso de consumo de azúcar con las enfermedades del corazón, la diabetes y enfermedades del hígado, además de la caries dental», afirma Schmidt, quien también es investigador principal en la iniciativa SugarScience liderada por la UCSF. «Los tiempos han cambiado desde entonces, pero esto es una lección de lo que puede suceder si no tenemos cuidado en mantener la integridad científica», alerta.

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EL BROCOLI «ANTIDOTO» PARA EL CANCER

BROCOLIEl brócoli ‘antídoto’ para el cáncer

 

Los investigadores de CEBAS-CSIC subrayan, a su vez, lo «conveniente» de que de esa cantidad, al menos «tres piezas» a la semana sean de brócoli, como «apoyan evidencias y resultados de la comunidad científica internacional».

 

El Laboratorio de Fitoquímica del Departamento de Ciencia y Tecnología de los Alimentos de CEBAS-CSIC, que colabora de forma activa con la asociación sin ánimo de lucro +Brócoli, determina que una dieta rica en vegetales de la familia de las crucíferas como el brócoli puede ayudar a reducir el riesgo de padecer algunos tipos de cáncer como los de mama, próstata, colon y pulmón con el consumo mínimo de 200 gramos de esta verdura al día.

Según ha informado la entidad, estos beneficios anticancerígenos provienen de su «importante» contenido en fitoquímicos como los compuestos fenólicos, las vitaminas C y K y los glucosinolatos. Este organismo destaca que la Organización Mundial de la Salud (OMS), así como diferentes entidades gubernamentales, «lleva ya tiempo resaltando la importancia de una dieta variada y del consumo de cinco frutas y verduras –375 gramos– diarias, que calculan que podría salvar una media de 1,7 millones de vidas al año».

Los investigadores de CEBAS-CSIC subrayan, a su vez, lo «conveniente» de que de esa cantidad, al menos «tres piezas» a la semana sean de brócoli, como «apoyan evidencias y resultados de la comunidad científica internacional».

Los estudios se inician con la descontaminación, troceo y homogeneización del brócoli. Como ha explicado Diego A. Moreno, investigador de este departamento, resultados como estos «se consiguen tras un minucioso trabajo que, independientemente de su procedencia, comienza con la descontaminación de las crucíferas y, atendiendo a las características del muestreo y del tipo de análisis a realizar (físico, bioquímico, etc), con el troceo y homogeneización de las muestras de brócoli».

BEBIDA DE TÉ VERDE ENRIQUECIDA

Sus propiedades de calidad física, composición nutritiva (vitaminas, minerales, entre otros) pasan a ser estudiados en ese punto de la investigación. Para los estudios realizados en el Laboratorio de Fitoquímica del CEBAS-CSIC con respecto a los efectos de las crucíferas en células cancerosas se ha utilizado una bebida de té verde enriquecida en un ingrediente de brócoli –10 gramos– para observar, en concreto, sus efectos sobre células de cáncer de colon en comparación con otras sanas.

«Pudimos ver que el efecto beneficioso de una bebida saludable como ésta se potenciaba con el uso de los fitoquímicos del brócoli», ha destacado el investigador.

La Asociación sin ánimo de lucro +Brócoli tiene como objetivo el incremento del consumo de brócoli y de la concienciación con respecto a sus efectos beneficiosos para la salud. La entidad reúne a agricultores, comercializadores, investigadores, nutricionistas, restauradores y a todas aquellas entidades afines y personas interesadas en difundir las bondades de esta crucífera catalogada como ‘súper verdura’ por el CEBAS-CSIC.

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LOS 5 VENENOS BLANCOS

Los 5 venenos blancos que comes todos los días

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En nuestra dieta existen alimentos que deberían ser llamados “veneno”, porque tienen poco valor nutricional y hasta pueden ser perjudiciales para nuestra salud. Conocidos como “venenos blancos” o “los 5 venenos blancos”, el azúcar refinado, la sal y las harinas refinadas, entre otros, son causantes de diferentes enfermedades que son consideradas graves, pues son degenerativas, como la diabetes, la hipertensión arterial y hasta el cáncer.

 

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Los 5 venenos blancos

1.- La Sal de mesa refinada.

La industria decidió un día convertir la sal cristalina natural en simple cloruro sódico (la sal refinada de hoy), porque los científicos de la época afirmaron que los demás elementos que contenía (minerales esenciales y otros oligoelementos) eran innecesarios y bastaba el cloruro sódico para salar los alimentos. Desde entonces cualquier parecido entre la sal que ahora consumimos y la sal natural es inexistente. De un alimento que era “oro puro” porque proporcionaba al ser humano todos los elementos necesarios para su subsistencia en la proporción exacta que el organismo necesita se pasó a consumir un producto que es “veneno puro”, como bien saben los investigadores y médicos.

A la toxicidad del cloruro sódico hay que añadir la del yodo y el flúor, minerales que hoy se agregan artificialmente a la sal. El yodo (tóxico cuando se sobrepasa el mínimo necesario) se añade porque se supone que mejora la función de la tiroides; y el flúor (uno de los elementos más radioactivos que existen) porque afirman que este veneno evita la caries. Un sarcasmo. La sal cristalina natural, tanto la que procede del mar (sal marina), como de las montañas, contiene los 84 elementos que compone el cuerpo humano en su proporción exacta. Poca gente sabe que la composición de la sangre humana es prácticamente idéntica al agua salina del “mar primario”, es decir, una solución con la misma concentración de elementos que tenía el mar hace millones de años.
La comida chatarra se encuentra llena de sal refinada, que aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, consumir este tipo de sal equivale entre 8 y 20 veces más que la que debiera comer. Pues con la finalidad de que el sodio y el potasio encuentren un equilibrio, se debe consumir de 1,500 miligramos por día, pero si no se respeta, es cuando aparecen enfermedades referentes al corazón.

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Los 5 venenos blancos
2.- Azúcar refinada.

El azúcar blanca no se puede considerar como un alimento, ya que es una sustancia química pura, extraída de fuentes vegetales como la caña de azúcar o la remolacha, a las cuales se les extrae el jugo eliminando toda la fibra y las proteínas que forman el 90% de dichas plantas.

Para dejar limpio el líquido que contiene el azúcar, se añade cal viva y es ahí donde esa reacción alcalina mata casi todas las vitaminas, luego se añade dióxido de carbono para acelerar la cal, este líquido azucarado pasa por tubos que lo separan de las impurezas. Luego viene otro tratamiento con sulfato de calcio y ácido sulfúrico para decolorar y dejar casi blanco.

El azúcar refinada no tiene proteínas, ni vitaminas, no tiene minerales no tiene enzimas, no tiene micro elementos, no tiene fibra, no tiene grasas y no es de ningún beneficio en la alimentación humana.

No es buena porque no aporta ningún nutriente, aporta energía, pero nada más. Esta se conforma de glucosa y fructuosa. El problema es la manera en que la consumimos, porque las frutas y verduras, por sí mismas, ya contienen azúcar. Las azúcares refinadas son causantes de obesidad, de un desequilibrio nutritivo, caries y más. Los edulcorantes químicos también son dañinos, pues aumentan el riesgo de cáncer, como el aspartame, la sacarina y ciclamatos, que podemos encontrar en productos como el refresco light.

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Los 5 venenos blancos

3) Harina refinada.

Como se ilustra en The Daily Mail, con los años la calidad del pan se ha vuelto mucho peor en lugar de mejorar. En 1911, la sal, las grasas baratas, el alumbre, la cal en polvo y el blanqueador eran los ingredientes “malos” del pan. Actualmente, hay que lidiar con ingredientes nuevos que dañan la salud y que se pueden encontrar en la tienda en donde compra el pan. La harina blanca producida es casi puro almidón, y ahora contiene una pequeña fracción de los nutrientes del grano original. Además, los tratamientos químicos en el grano dan como resultado la formación de un subproducto llamado aloxano –un veneno utilizado en la industria de la investigación médica para producir diabetes en ratones sanos. El aloxano causa diabetes al hacer girar enormes cantidades de radicales libres en la células pancreáticas beta, destruyéndolas. Las células beta son las células primarias de las zonas del páncreas llamadas islotes de Langerhans y producen insulina; así que si son destruidas, se desarrolla la diabetes.

Teniendo en cuenta el rango epidémico de la diabetes y otras enfermedades crónicas, no es buena idea tener una toxina como esta en su pan, incluso si es en pequeñas cantidades.
Cuando más fina y blanca es la harina, menos fibra, vitaminas y minerales contiene. El pan blanco, el pan de salvado, los panes de bollería, no contienen vitaminas ni minerales, mientras que favorecen las caries, el cáncer, el colesterol y la diabetes. Los panes más recomendables son el pan de centeno y el pan integral.

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Los 5 venenos blancos

4) Arroz refinado.

Según los investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, el arroz blanco causa aumentos bruscos en los niveles de glucosa en la sangre, lo cual es un riesgo de diabetes.Aunque el arroz se ha consumido durante siglos en muchos países, fue sólo en el siglo 20 que comenzó a refinarse y consumirse como arroz blanco.
Para producir el arroz blanco el grano integral es sometido a un proceso de refinado con el cual se le retira la capa exterior y el germen. Y básicamente lo que queda es el endospermo, que consiste principalmente de almidón. El estudio analizó los datos de tres grandes estudios llevados a cabo con cerca de 40.000 hombres y 157.500 mujeres sobre el consumo de arroz y el riesgo de diabetes. Los científicos descubrieron que quienes consumían cinco o más porciones de arroz blanco a la semana tenían 17% más riesgo de diabetes que quienes consumían menos de una porción al mes.
Desde el punto de vista de la salud pública, debería recomendarse el reemplazo de granos refinados como el arroz blanco por granos integrales, incluido el arroz integral para facilitar la prevención de la diabetes tipo 2

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Los 5 venenos blancos

5) Leche de vaca pasteurizada.

La pasteurización de la leche destruye las bacterias beneficiosas, junto con las malas y destruye las enzimas esenciales para la absorción de nutrientes. La Pasteurización de la leche destruye toda su fosfatasa, lo que es esencial para la absorción del calcio y el calcio trabaja con la vitamina D, no sólo está disponible a través del sol, pero es un nutriente esencial en la nata cruda. Calentar cualquier alimento crudo destruye las enzimas activas, por lo que la lipasa (una enzima única de la leche y se necesita para completar la digestión de las grasas) es lanzada junto con muchos otros nutrientes esenciales que la pasteurización destruye.
Se considera que es la principal causa de alergias en los niños, según la Academia de Alergia, Asma e Inmunología de Estados Unidos. Y es que la leche, además es rica en grasas saturadas y colesterol. Algunos estudios, incluso la relacionan con la diabetes y hasta con la osteoporosis, porque debido a ser baja en magnesio, no deja que los huesos absorban el calcio.

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SOMOS LO QUE COMEMOS

Somos lo que comemos

somos lo que comemos

Si vamos a la compra y lo hacemos con tiempo, mirando la composición de los alimentos, comprobaremos que la mayoría contienen gran cantidad de conservantes, colorantes o emulsionantes que se apellidan “autorizados”, y así lo son, pero, probablemente, ninguno de ellos es beneficioso para nuestra salud. Una alternativa es la agricultura ecológica, ya que todos los productos derivados de ella son respetuosos con el medio ambiente y generosos con nuestro organismo.

Este tipo de producción no utiliza sustancias químicas, como pesticidas, fertilizantes o aditivos. De esta forma se consiguen alimentos naturales y saludables. Además, conservan todas sus propiedades nutritivas.

El término agricultura ecológica define una actividad muy concreta: la obtención de alimentos de la máxima calidad, respetando el medio ambiente y evitando el uso de productos químicos.

Para conseguir que unas tierras sean aptas para el cultivo ecológico hay que seguir una serie de pasos. Lo primero es acudir a los registros del Comité e inscribirse. Allí se informa de los documentos necesarios y una vez inscrita, inspeccionan la tierra. A partir de ese momento, la tierra pasa por un período de dos años de reconversión, que es el tiempo que necesita la tierra para regenerarse y recuperarse”. Una vez que se obtiene el certificado, se cultiva asumiendo las técnicas que marca este tipo de agricultura, sin abonos químicos de síntesis, ni pesticidas o insecticidas químicos.

Aunque pueda parecerlo, no es difícil encontrar productos adecuados para este tipo de cultivo. Hay muchos productos autorizados, sobre todo extractos de plantas y, posteriormente, “es cuestión de buscar mercado para vender tus productos que llevan el sello de Agricultura Ecológica.

Con paciencia y esmero se van incorporando en los supermercados productos procedentes de la agricultura ecológica: huevos de gallinas criadas en libertad, carne de vacuno alimentado con pasto, y no con piensos manipulados, verduras de temporada sazonadas con algún caracol que también ha optado por la calidad con la ventaja de que lo come sin pagar, etc.

La agricultura ecológica proporciona alimentos naturales que conservan todas sus propiedades nutritivas

El perfil del consumidor de productos ecológicos es muy variado, pero destaca un alto porcentaje de jóvenes universitarios, gente preparada y concienciada con el medioambiente y con los beneficios que estos productos ocasionan en el organismo. También personas con algún tipo de problema de salud, que acuden a la agricultura ecológica como si de un medicamento se tratase.

Relación calidad-salud

Consumir alimentos ecológicos no es sólo una opción vital. Consumir alimentos ecológicos parece relacionarse con la buena salud, de ahí que cada vez más grandes marcas comerciales lancen al mercado gamas “bio” de sus mejores productos. Pero no se confundan. El mero hecho de que en el envase aparezca “bio” no supone que el producto sea ecológico. Lo realmente significativo es el sello homologado que certifica que ha pasado por todos los controles necesarios.

A cada Comunidad se le ha otorgado un sello específico, y lo mismo ocurre a nivel internacional, Alemania, Holanda, Francia, Gran Bretaña o Canadá emiten un sello propio que acredita el carácter ecológico de los productos. Numerosos países han decidido contribuir con la causa, colaborando con el medio ambiente y produciendo alimentos saludables y ricos en nutrientes naturales. Y es que, tal y como asevera Ruiz, la cantidad de nutrientes, oligoelementos, minerales, vitaminas y energía que tienen estos productos “está más que demostrada”.

No sólo hablamos de alimentación, sino de la salud. Si supiéramos lo que ganamos pagando un poquito más comiendo sano y saludable, lo haríamos todos, pero nos fijamos más que cuesta entre un 25 y un 30% más.

En fin, si hemos decidido poner solución al desastre ecológico en que el ser humano ha convertido el planeta, la agricultura ecológica es una de ellas. Impulsar este tipo de cultivos haría que el importe de los productos disminuyese. No sólo es cuestión de dinero. También es una inversión en salud y bienestar.

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EL PODER DE LOS HUEVOS!!!!!!!!

Eggs Fried

¿Cuántos huevos puedes comer? ¿crudos? ¿blancos o marrones? y más sobre tus huevos

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Muchos alimentos han sido injustamente demonizados en las últimas décadas. De todos, el huevo se ha llevado la peor parte.

Un buen ejemplo de esta equivocada propaganda nutricional es el volumen de consultas que recibo sobre cuántos huevos se pueden comer al día. Pocos preguntan cuántos cereales son admisibles. A pesar de que el huevo es claramente superior a los cereales, por muy integrales que sean.

Desayunar Kellogg’s o galletas cada mañana nos parece normal, pero un revuelto de huevos diario se percibe como una amenaza para el corazón. Nada como buen marketing para no ver lo evidente.

Ya expliqué el origen de los mitos que rodean el colesterol y la enfermedad cardiovascular. El huevo ha sido víctima de esta desafortunada caza de brujas. Hoy toca limpiar su nombre. De paso, veremos cómo seleccionar los mejores y cómo cocinarlos.

A partir de ahora, cada pregunta que reciba sobre los huevos la referiré a este artículo. Te aconsejo hacer lo mismo cuando tu familia te informe del peligro de comer tantos huevos.

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El poder del huevo

El huevo es un poderoso alimento:

  • La mejor fuente de proteína natural, por valor biológico y utilización neta de proteína (sólo lo superan suplementos de proteína aislada, como proteína de suero).
  • Rico en vitaminas (A, D, K, B2, B5, B12) y minerales (hierro, fósforo, potasio, selenio).
  • Excelente aporte de colina, un nutriente fundamental para el cerebro, y según estudios sólo el 10% de la población llega a la cantidad recomendada.
  • La yema es fuente de carotenoides como luteína y zeaxantina, nutrientes muy importantes para mejorar la vista.
  • Bajo en calorías. Las calorías no son lo principal, pero importan, y un huevo tiene únicamente 70-80 calorías.
  • Fuente de Omega 3, dependiendo en gran medida de la alimentación de la gallina.
  • Saciante. Empezar la mañana con un par de huevos hace que comas menos durante el día (estudio) y ayuda a adelgazar (estudio).

Lo gracioso (o mejor dicho trágico) es que gran parte de este poder nutricional está en la yema, no en la clara. Incluso casi la mitad de la proteína está en la yema. Al eliminarla no sólo pierdes esa proteína, sino que disminuyes la calidad de la proteína total (menor valor biológico). Sin considerar la falta de respeto hacia la gallina. Come las yemas.

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Tirar las yemas es un delito nutricional

Si el único cambio que haces en la dieta es reemplazar tu triste desayuno de Kellogg’s por los huevos, notarás el resultado. No subestimes el poder del huevo, un verdadero superalimento.

El huevo y el corazón

Con estos credenciales, el único motivo para limitar su consumo sería el colesterol, y el supuesto riesgo a nuestra salud coronaria, como siguen creyendo muchos.

¿Está justificado el miedo?

Hay que empezar entendiendo que el cuerpo necesita colesterol (tu cerebro también). La mayor parte del colesterol la produce el hígado. Si aumentas la ingesta de colesterol, tu hígado produce menos. Si comes poco colesterol, el hígado produce más (estudio).

En la mayoría de personas, por tanto, la ingesta de colesterol tiene poco impacto en el colesterol en sangre. Incluso ingerir cinco veces la cantidad de colesterol máxima recomendada (equivalente a 7-8 huevos/día) no produce un aumento relevante del colesterol en sangre (estudio). Esto hace que muchas revisiones critiquen abiertamente las guías actuales. Por ejemplo esta concluye «…según la evidencia deberían reconsiderarse las recomendaciones que limitan el colesterol en la dieta«.

De hecho, el leve aumento del colesterol total que se produce al aumentar la ingesta de huevos es principalmente HDL, protector contra la enfermedad coronaria (estudio, estudio).

¿Necesitas más estudios? Hay más, muchos más:

  • Este estudio con dos huevos enteros al día concluye «una dieta hipocalórica alta en proteína y alta en colesterol procedente de huevos mejora los perfiles lipídicos y glucémicos, y reduce la presión sanguínea en individuos con diabetes tipo II«.
  • Los huevos reducen el nivel de inflamación (un factor clave en la enfermedad coronaria), según este estudio « posiblemente por la presencia de colesterol, que aumenta el HDL y el antioxidante luteína, que modula ciertas respuestas inflamatorias«.
  • Tres huevos enteros al día mejoran el perfil lipídico y reducen la resistencia a la insulina, comparado con comer sólo las claras (estudio).
  • Añadir huevos mejora los síntomas del síndrome metabólico (estudio).
  • Un amplio estudio observacional en Japón (más de 90.000 sujetos) no encuentra asociación entre el consumo de huevos y el riesgo de enfermedad cardiovascular.
  • Otro estudio observacional en Estados Unidos encuentra una relación inversa entre el consumo de huevos (>7/semana) y enfermedad coronaria. Es decir, a más huevos menos enfermedad.
  • Un metaanálisis de 17 estudios no encuentra asociación entre el consumo de huevos y enfermedad coronaria.

¿Veredicto? Inocente, por unanimidad.

Entonces… ¿cuántos huevos puedo comer?

La mayoría de estudios consideran entre 1 y 3 huevos al día, por lo que podemos garantizar que estos niveles son saludables para la mayoría de la población. ¿Quiere decir esto que es peligroso comer más? Obviamente no, simplemente hay menos estudios que analicen la ingesta de 4-6 huevos diarios por ejemplo.

Pero la experiencia práctica nos dice que hay muchas personas que incluyen más huevos en su dieta (¿qué tal una docena si eres ectomorfo?) y sus analíticas están perfectas. Un anciano de 88 años comía 20-30 huevos al día sin alterar sus niveles de colesterol (estudio).

No recomiendo excesos. Como con cualquier alimento, puede haber problemas con su abuso, pero limitar artificialmente el consumo de huevos por hipótesis anticuadas es inaceptable.

De hecho la propia fundación española del corazón informa desde el 2014 que «No es necesario restringir el consumo de huevos en la dieta de personas sanas«. Por desgracia sigue hablando de las «peligrosas grasas saturadas» a pesar de la falta de evidencia (ejemplo), pero no perdamos la fe, un cambio de cada vez.

El origen del huevo

No pretendo resolver el dilema milenario sobre quién vino primero, el huevo o la gallina. Pero sí dejar claro que la calidad del huevo depende de la calidad de vida de la gallina.

Por mucho que la industria nos intente convencer de que un huevo es un huevo, no podemos separar nuestra salud de la de los animales que producen nuestros alimentos. Cosechas lo que siembras.

En Europa, cada huevo tiene un código, cuyo primer número indica el tipo de producción:

  • Jaulas (3): sin duda el método más cruel y menos saludable de producción.
  • Suelo (2): las gallinas se crían en el suelo, no en jaulas, pero sin mucha libertad (alta densidad de gallinas).
  • Gallinas camperas (1): se crían en corrales con acceso al aire libre y menor hacinamiento.
  • Ecológico (0): condiciones similares a las gallinas camperas, pero con normativa adicional sobre su alimentación y otros tratamientos.
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En la medida de lo posible prioriza huevos ecológicos o camperos (códigos 0 y 1). Si sólo tienes acceso a los convencionales, usa esos, pero sé consciente de las diferencias.

Un análisis independiente encuentra diferencias importantes en su composición nutricional (fuente).

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Y algo similar refleja este otro estudio. Por otra parte, aunque los niveles de contaminación son bajos en todos los casos, los ecológicos o camperos tienen una concentración menor de sustancias potencialmente tóxicas (estudio).

Un estudio encuentra que dos huevos de jaula al día genera una oxidación del colesterol LDL un 40% mayor que huevos de mejor calidad. De hecho estos últimos no generan una oxidación mayor que el grupo de control, que apenas comía huevos. Importante: el problema no es el colesterol del huevo de jaula, sino su alto contenido en Omega 6 (proinflamatorio) producido por la alimentación de las gallinas, a base de cereales como soja (y sus aceites derivados).

En el lado opuesto, los huevos ricos en Omega 3, por ejemplo obtenidos al suplementar la alimentación de las gallinas con aceite de pescado, contribuyen a una mayor reducción de los triglicéridos (estudio).

¿Crudo o cocido?

Hemos hablado de las ventajas e inconvenientes de cocinar. El calor daña ciertos nutrientes pero potencia otros. Recuerda que cocinar nos hizo humanos.

En el caso del huevo, nos encontramos el mismo dilema.

Inconvenientes de cocinar:

  • Se degradan algunas vitaminas sensibles al calor.
  • El calor excesivo puede oxidar el colesterol. No está claro que sea un problema, y la acción de antioxidantes como su vitamina E minimizan esta oxidación (estudio), pero es un tema a considerar.

Beneficios de cocinar:

  • Favorece la digestión de la proteína (estudio).
  • Mejora la absorción de biotina (vitamina B8), ya que el calor inhibe la avidina (antivitaminaque interfiere con la absorción de la biotina), presente en la clara (detalle).
  • Elimina la salmonela: El riesgo es bajo, pero cocinar lo reduce todavía más.

Considerando las ventajas e inconvenientes, recomiendo cocinar los huevos, sin pasar excesivamente la yema. Si te gustan crudos y quieres añadirlos al batido post-entreno de vez en cuando, tampoco pasa nada.

¿Está fresco?

El huevo se mantiene fresco durante varias semanas a temperatura ambiente, más si se guarda en la nevera (recomendable). Una vez refrigerado, no lo puedes mantener fuera. El aumento brusco de temperatura condensa la cáscara, favoreciendo la contaminación bacteriana. Por este motivo no se refrigeran los huevos en el supermercado.

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Si tienes dudas sobre el estado de un huevo, sumérgelo en agua:

  • Si se hunde, lo puedes comer.
  • Si se levanta del fondo, sin flotar, está bueno, pero le queda poco.
  • Si flota, está pasado. Lánzalo a los que siguen ensuciando el buen nombre del huevo.

¿Marrones o blancos?

Son nutricionalmente equivalentes. El color depende de la raza de la gallina. Y como vimos, la calidad del huevo depende de la alimentación y cría de la gallina, no de su raza. Come huevos de todos los colores, no seas racista.

¿Ningún riesgo?

El problema de las recomendaciones universales es que siempre perjudican a algún colectivo. Por cada variable que midas en una gran población, encontrarás un patrón bastante consistente, y también anomalías estadísticas, o «outliers«.

Aunque el cuerpo regula la producción de colesterol en función de la ingesta (homeostasis), hay excepciones. Por ejemplo los portadores de una variante específica del gen apoE parecen más sensibles a la ingesta tanto de colesterol como de grasas saturadas (estudio). Son minoría, pero no podemos ignorarlos.

Aunque es poco probable que un aumento del colesterol procedente de los huevos sea peligroso, ya que favorece un LDL de partículas grandes (estudio,estudio, estudio), con menor riesgo, cualquier cambio brusco en una analítica debe ser vigilado.

Analiza lo que dicen los estudios generales, pero entiende que puedes ser una anomalía estadística. No hay recetas universales.

Para despedirme, una cita clásica: «El éxito en la vida se logra con cerebro, corazón y huevos». Que nadie te los toque.

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LA ALMENDRA, UN DIAMANTE CARDIOSALUDABLE

ALMENDRA

La almendra, un diamante cardiosaludable

Para la medicina tradicional china, la almendra posee una naturaleza caliente y tiene la virtud de eliminar el frío interno, movilizar la energía interna defensiva y ser un excelente remedio para los pulmones ya que humidifica los bronquios y calma así la tos.

INTRODUCCIÓN / ORIGEN

El cultivo de almendra (PyrosCommunis) data sus orígenes hace más de cinco milenios, cunado los habitantes de la antigua Mesopotamia y Persia empezaron a cultivar variedades dulces, a base de reducir su contenido en amigdalina, sustancia que se halla también en las semillas de albaricoque. Se cree que fueron los fenicios, pueblo amante de los frutos secos, quien la introdujeron en España a través de las rutas marítimas del Mediterráneo.

En la España musulmana ya se introducía la almendra en muchas recetas y más tarde, en la Edad Media, se convirtió en una ingrediente de lujo.

Especial mención merece el árbol del almendro, de la familia de las rosáceas. Este árbol es admirado por su fortaleza en muchas culturas ya que tiene la capacidad de soportar condiciones climáticas difíciles. Por otro lado es un árbol de fascinante belleza puesto que florece con preciosas flores blancas o rosadas y son las primeras flores en anunciar la llegada próxima de la primavera, de la luz y del buen tiempo. Por eso en hebreo almendra y luz se designan con la misma palabra.

Para la medicina tradicional china, la almendra posee una naturaleza caliente y tiene la virtud de eliminar el frío interno, movilizar la energía interna defensiva y ser un excelente remedio para los pulmones ya que humidifica los bronquios y calma así la tos.

BONDADES Y BENEFICIOS DE LA ALMENDRA. PROPIEDADES NUTRICIONALES

La almendra contiene 20 gr de proteínas por cada 100 gr, por lo tanto es una buena fuente de aminoácidos esenciales. Estos aparecen en la almendra en cantidades bastante aproximadas a las que el cuerpo humano diariamente requiere. De alguna de ellos como la treonina, isoleucina, leucina, valina, fenilalanina, incluso contiene valores superiores a la media ideal para nuestro organismo. Sólo la lisina y la metionina aparecen en cantidades inferiores a las deseables. Sin embargo la lisina suele ser excedentaria en legumbres y la metionina en cereales, por ello resulta excelente y complementaria la combinación de la almendra con legumbres (garbanzos) o cereales (arroz o cuscús).

En cuanto a los hidratos de carbono, la aportación de la almendra de estos glúcidos no es significativa (sólo 9,3%) aunque hay que destacar que en esta aportación la mayor parte de los glúcidos son de absorción lenta. Es por ello que el índice glucémico de la almendra es muy bajo y es tolerada por los diabéticos. Igualmente el hecho de que el índice de absorción sea baja la convierte en un alimento muy bueno para el cerebro puesto que las neuronas necesitan un aporte continuo de glucosa y es importante que ese flujo de energía se mantenga constante. Por ello la almendra contribuye a prevenir el bajo rendimiento intelectual del cerebro, las pérdidas de memoria, los cambios súbitos de humor, y favorece la concentración.

Este fruto seco además posee una buena proporción de fibra soluble, lo que hace que se ralentice el paso de la glucosa a la sangre. Se trata de algo positivo también para el funcionamiento del intestino y para reducir los niveles de colesterol, ya que impide la reabsorción del colesterol producido por la bilis.

La almendra supera la mayoría de frutos secos en cuanto a su contenido en fibra (10%), hecho que beneficia al tránsito intestinal. Este efecto saciante se ve favorecido por el hecho que, al tratarse de un fruto seco se debe masticar concienzudamente para digerirlo mejor. Esto contribuye a su vez a elevar los niveles de colescistoquinina, una hormona producida en el intestino delgado que inhibe el apetito. Es por ello que aún y su elevado aporte calórico se recomiendan dosis moderadas en dietas de adelgazamiento.

Sin duda pero la característica más remarcable de este alimento es su riqueza en grasa. El 54% del peso de la almendra seca se debe a su contenido en grasas, pero el tipo de estas corresponde en gran proporción al tipo más saludable; el 65% de estas grasas son monoinsaturadas, como las que tiene por ejemplo el aceite de oliva, el 26% son poliinsaturadas y sólo una pequeña parte (menos del 10%) pertenece al grupo de las denominadas grasas saturadas.

Las grasas no saturadas de la almendra constituyen un verdadero refuerzo para el corazón, especialmente los ácidos grasos  monoinsaturados. Esta saludable combinación de grasas, muy similar a la que encontramos en el aceite de oliva virgen, tiene la ventaja de disminuir el colesterol LHL (colesterol ‘malo’) y favorecer el aumento de colesterol HLD (colesterol ‘bueno’) que es el que ayuda a prevenir las distorsiones cardiovasculares.

Por otra parte, la presencia de flavoniodes como la quercitina, las catequinas y los rustinósidos contribuye al buen estado del sistema circulatorio.

Para completar los poderes beneficiosos de la almendra, comentar que esta es una de las principales fuentes vegetales de calcio. También es rica en magnesio y en fósforo.  Por ello es un fruto seco muy recomendable para la salud del sistema óseo y muscular. Esta composición calcio-magnesio-fósforo actúa además como protector frente a la osteoporosis, por lo que es recomendable para las personas de edad avanzada. La osteoporosis puede estar provocada (entre otros motivos) por la acidificación de la sangre, relacionada con una dieta rica en carnes y lácteos. La almendra a pesar de su aporte de grasas, tiene un efecto alcalinizante que neutraliza dicha acidificación.

Otra virtud de la almendra es su alto poder antioxidante debido principalmente a:

–         la vitamina E (vitamina liposoluble capaz de inhibir la oxidación de las grasas)

–          flavonoides como la quercetina

–         manganeso y zinc(oligoelementos que refuerzan el sistema inmunitario)

–         vitamina B2 (ideal para la integridad de la piel y las mucosas, así como de la córnea y resulta imprescindible para gozar de buena visión)

–         hierro (30 gr de almendras cubren el 8% de las necesidades de hierro en la mujer y el 12% en el hombre)

Así pues, la almendra es una gran aliada de nuestra salud y bienestar. A modo de resumen diremos que la almendra es:

–         NUTRITIVA: Su riqueza en proteínas y minerales, así como en calcio y magnesio, la hacen especialmente beneficiosa durante la gestación y el embarazo. Igualmente es una estimulante de la leche materna.

–         MINERALIZANTE: Su aporte en calcio la hace imprescindible para prevenir la osteoporosis en personas de mayor edad. Además mantiene la salud del sistema musculatorio y esquelético debido a la buena combinación y equilibrio de calcio-fósforo-magnesio. Sus propiedades antioxidantes también son beneficiosas para combatir los síntomas de la edad.

–         VIGORIZANTE: Es una fuente importante de proteínas para los niños y adolescentes en edad de crecimiento. También para deportistas. Su riqueza en ácidos grasos insaturados y fósforo la hacen ideal para el rendimiento intelectual y para alimentar el cerebro.

–         ANALGÉSICA; El contenido de salicilatos hacen que tenga poder antiinflamatorio y analgésico. Ayudan pues a aliviar los síntomas de artritis y dolores reumáticos.

–         ALCALINIZANTE: Favorece la remineralización y la desintoxicación.

–         PROTECTORA: La leche y el aceite de almendras son aliados de la piel. Se usan para aliviar la dermatitis, la psoriasis o las quemaduras leves.

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PLANTAS MEDICINALES

 

10 plantas medicinales comestibles que no deben faltar en casa           

-plantas

 

Las plantas medicinales se usan para tratar síntomas y patologías y su uso en medicina es tan antiguo como la humanidad.

Sin embargo, muchas personas subestiman los poderes curativos de las plantas de su zona o no saben para qué sirven.

Las plantas medicinales nos brindan una gran cantidad de beneficios y nos ayudan a curar o aliviar los síntomas de diversas enfermedades.

¿Sabías que además de ungüentos, infusiones y cataplasmas, algunas de estas hierbas pueden ser consumidas y disfrutar también de esa forma de sus beneficios?.

Si quieres saber más, sigue leyendo.

 

#1 Albahaca

-albahaca

Esta planta medicinal colabora en la prevención de la flatulencia, la falta de apetito, los cortes y las heridas en la piel. Para comerla debes recoger las hojas más jóvenes según las necesites. Úsala en salsas y como condimento para ensaladas.

 

#2 Diente de león

-diente de a

El diente de león es una gran fuente de proteínas, calcio, hierro y vitaminas A y C. Además, es excelente para la digestión y muy útil para la buena salud del hígado. Las hojas tiernas se consumen en ensalada, las flores se utilizan para hacer vino y con las raíces se puede condimentar sopas y caldos.

 

#3 Perejil

-perejil

El perejil contiene una gran cantidad de nutrientes y entre sus poderes curativos puede ser útil para evitar las flatulencias y el mal aliento. Puedes usarlo en salsas, ensaladas o como condimento en carnes blancas y rojas.

 

#4 Verdolaga

-verdolaga

Las hojas de verdolaga contienen grandes cantidades de ácidos grasos Omega 3, además de vitaminas A, B, C y E, calcio, magnesio y proteínas. Úsalas en ensalada o agrégalas a tus guisos y sopas.

 

#5 Trébol rojo

-trebol rojo

Esta hierba medicinal se utiliza como tratamiento para la tos, la bronquitis, los desequilibrios hormonales, la ansiedad y los espasmos. Se comen las hojas en ensalada y las flores se utilizan para condimentar sopas y guisos.

 

#6 Perejil de la tierra

Esta planta es rica en hierro, proteínas, vitamina A y vitamina C. Su sabor picante recuerda al de la pimienta y se la suele añadir a ensaladas, pastas, sopas y otros platos similares.

 

#7 Romero

Esta hierba medicinal mejora el estado de ánimo, ayuda con la concentración y la memoria y además elimina el mal aliento. Puedes añadirla a salsas o como condimento para carnes y aves.

 

#8 Salvia

Esta es otra planta medicinal que se puede utilizar como condimento agregándola a diferentes comidas, pues le da un gran sabor. Proporciona, entre otras cosas, un gran alivio para las inflamaciones en la boca y para el dolor de garganta.

 

#9 Tomillo

Es ideal para saborizar y perfumar diferentes platos compuestos por carne e inclusive algunas salsas. Contiene un principio activo denominado timol, que actúa como un potente antiséptico y es muy bueno contra la indigestión y los gases.

 

#10 Menta

-menta

Esta hierba es ideal para tratar las indigestiones y los malestares estomacales, pero además es ampliamente utilizada con fines culinarios, pues sus hojas se agregan a diferentes postres o platos dulces e inclusive a bebidas.

Estas son solo una pequeña parte de las plantas medicinales comestibles que son muy útiles para tener en el hogar.

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¿Qué edulcorante natural es el más saludable?

¿Qué edulcorante natural es mejor?

 
Pero, cuando queremos elegir un endulzante, nos sumergimos en un mundo intrincado y confuso. Para nosotros mismos, seleccionar los edulcorantes más adecuados para poderlos ofrecer en nuestra web, no ha sido nada fácil.
 

 

 

 

 

 

 

 

 

Últimamente recibimos mucha información sobre la conveniencia de utilizar edulcorantes con índices glucémicos bajos (y precios altos), para así mantener nuestros niveles de glucosa sangre más estables, en caso de querer tomar dulces, postres o endulzar algo. Es interesante mantener la glucemia estable para proteger nuestro páncreas, la secreción de insulina y la secreción de IGF1 y los niveles de inflamación, que se encuentran en la génesis de muchas enfermedades.

En caso de enfermedad, sobre todo en enfermedades inflamatorias y en cáncer, se hace aún más importante mantener estable la glucemia.

Pero, cuando queremos elegir un endulzante, nos sumergimos en un mundo intrincado y confuso.

Aspectos a tener en cuenta a la hora de elegir un edulcorante

Si empezamos a buscar información sobre los edulcorantes, vemos que se manejan términos como índice glucémico, fructosa, inulina, calorías vacías:

  • Indice glucémico: nos recomiendan que no tomemos azúcar blanco común, cuyo índice glucémico es 60 y son calorías vacías, es decir, sin nutrientes.
    Se recomiendan edulcorantes cuyos índices glucémicos sean menores, por ejemplo: sirope de yacón-IG 1, agave-IG 10-15, miel de acacia–IG 32, azúcar de coco-IG 35. Es decir, estos edulcorantes también suben el índice glucémico, aunque al compararlo con el azúcar refinado, lo suben menos.
    Nos planteamos si la determinación de los índices glucémicos en muestras de 8 ó 10 sujetos (que es como se establece el índice de un alimento) ya es suficiente como para determinar un índice glucémico válido para toda la población. Y entendemos que pueden haber variaciones según especies de plantas de las que se obtienen estos edulcorantes, épocas del año, métodos de elaboración, lo cual no queda recogido por las tablas de índice glucémico.
    Encontramos casos curiosos, como el sirope de agave: hay en el mercado productos de precios muy diferentes. Se supone que cuando el sirope se ha extraído con medios más naturales y ha sido poco procesado, el índice glucémico es menor y en los productos más refinados y procesados el índice glucémico es mayor, pero no encontramos productos que avalen su índice glucémico en concreto. Ante esta falta de información ofrecemos dos opciones para que cada persona elija según su criterio: sirope de agave y sirope de agave crudo.

 

Siropes de agave

  • Fructosa:  el azúcar común es sacarosa (un disacárido que para poderlo metabolizar, nuestro organismo lo desdobla en las dos partes que lo componen:  50% glucosa + 50% fructosa). Estos endulzantes alternativos de los que hablamos (azúcar de coco, agave, miel) contienen fructosa y glucosa, igual que el azúcar común, pero mayor proporción de fructosa que el azúcar común. ¿Es esto una virtud? Nuestra glucemia no sube tan rápidamente, porque tienen menos glucosa (que es la fracción que pasa directamente a la sangre) y más fructosa, que no pasa directamente a sangre, sino que se metaboliza en el hígado. La fructosa concentrada en estos preparados tampoco consideramos que sea  una panacea, ya que de esta fructosa tras pasar por el hígado, una parte se termina convirtiendo glucosa (y pasa a la sangre aunque sea de modo más lento y en menor medida), otra parte se convierte en glucógeno (reserva de glucosa) y otra parte se convierte en grasa, repercutiendo negativamente en los lípidos en sangre (sobre todo triglicéridos). Si utilizamos pequeñas cantidades, esto no supone un problema, pero es conocido que el consumo elevado de fructosa (por ejemplo en el jarabe de maíz de alto contenido en  fructosa o incluso el consumo de grandes cantidades de fruta fresca) eleva los lípidos en sangre. También se relaciona con el aumento de la presión arterial y con la acidificación de la sangre, aumentando los ácidos úrico y láctico. Por lo tanto, el mayor contenido en fructosa de estos edulcorantes alternativos no los convierte en una solución para poder abusar de los dulces.
  • Inulina: estos edulcorantes de bajo IG contienen también inulina, sobre todo el sirope de yacón. La inulina es una fibra soluble (formada por cadenas de fructosa), que tiene sabor dulce y no eleva la glucemia apenas, ya que casi toda la inulina pasa al intestino sin digerir. Por esta razón se considera un prebiótico, aunque hay que tener en cuenta que si se consume mucha cantidad puede producir gases y tener efecto laxante.
  • No son calorías vacías: los edulcorantes naturales no refinados tienen parte de las vitaminas y minerales de las plantas de las cuales se han extraído. Pero no dejan de ser un concentrado de glúcidos y la cantidad de vitaminas y minerales que pueden contener no son suficientes para contrarrestar la acidificación y consiguiente desmineralización que producen, aunque por supuesto siempre serán mejor que un edulcorante refinado que se ha desprovisto de todas las vitaminas y minerales.

Ante este panorama, ¿qué edulcorante elegir?

Realmente, consideramos que cualquier edulcorante es un concentrado antinatural de azúcares que nuestro cuerpo no agradece. Lo que nuestro cerebro agradece son las sensaciones placenteras que hemos asociado a este sabor. Posiblemente, estamos demasiado apegados al sabor dulce artificial.

Para una alimentación saludable y equilibrada, sería aconsejable ir disminuyendo paulatinamente la necesidad de endulzar mediante azúcares añadidos y disfrutar del sabor dulce tal y como se encuentra en su estado natural, como se presenta en las frutas, hortalizas y frutas secas, que son alimentos que contienen fructosa y glucosa, pero mantienen toda su fibra, vitaminas, minerales, fitoquímicos y agua. Es decir, son alimentos completos en sí mismos y que contienen todo lo que necesitan para ser metabolizados por nuestro cuerpo, sin que tenga que utilizar “materiales” de sus reservas.

Stevia, de Pàmies Vitae

Podemos utilizar frutas secas como endulzantes (dátiles, pasas, orejones, frutas deshidratadas), pero si queremos añadir sabor dulce a una infusión o postre, siempre que sea posible podríamos elegir la stevia natural, que debería ser nuestra primera elección puesto que su índice glucémico es realmente cero, no tiene calorías y el dulzor se lo aportan dos moléculas de glicósidos, llamadas esteviósido y rebaudósido. Además, su precio es razonable y todo el mundo puede tener una planta en casa si no quiere depender de comprar ningún producto.

Los glicósidos de la stevia que endulzan no tienen incidencia en la glucemia. Si consumimos la planta completa, ya sea fresca, seca o triturada, a la vez que endulzamos obtenemos sus propiedades medicinales y algo del sabor de la planta. Si utilizamos un extracto natural de estos glucósidos, sólo tenemos un endulzante natural, sin efectos medicinales. Sin embargo, se debe moderar el consumo de las versiones comerciales de la stevia ya que se trata de  edulcorantes artificiales y está más que demostrado que un excesivo podría provocar problemas sobre la salud a largo plazo debido a su efecto negativo sobre la microbiota intestital.

En los casos en que queramos elaborar alguna preparación para la cual la stevia no sea adecuada, podemos elegir alguno de los edulcorantes naturales, hemos seleccionado los que consideramos mejores.

¡Disfrutad del sabor dulce con conciencia y todo el desapego posible!

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ADITIVOS

ADITIVOS Con estos 12, al patíbulo

 

Reproducimos un artículo de nuestro buen amigo Carlos de Prada en Estrella Digital que identifica los peores 12 aditivos alimentarios. La organización Environmental Working Group (EWG) de los Estados Unidos ha publicado un nuevo informe sobre los que considera los peores aditivos alimentarios. Esas sustancias acerca de las que tan poco sabe el ciudadano de a pie y que tantas veces se identifican en las etiquetas con una letra y un número que pocos se molestan en mirar lo que significan. Nitritos, nitratos, parabenes, aditivos alumínicos, saborizantes secretos…
 Entre los aditivos pueden contarse, según se denuncia, una serie de sustancias potencialmente dañinas que podrían estar presentes, por ejemplo, en alimentos procesados como carnes, pan o dulces. Sustancias que han sido asociadas por estudios científicos a múltiples problemas de salud, como pueden ser, entre otros, la alteración del equilibrio hormonal o el cáncer.
 Como dice EWG en su informe, accesible a través de internet (guía EWG sobre la docena sucia de aditivos alimentarios), hay  «más de 10.000 aditivos autorizados para su uso en los alimentos. Algunos son aditivos directos que son deliberadamente formulados en los alimentos procesados. Otros son aditivos indirectos que llegan a la comida durante su procesado, almacenamiento y envasado». 
Con la realización de esta guía sus autores intentan presionar para que se mejore un control oficial que deja mucho que desear, mostrando algunos de los «peores fracasos del sistema regulatorio» que han permitido que se utilicen una serie de sustancias. NITRITOS Y NITRATOS
 EWG habla en su guía, por ejemplo, sobre los nitritos y nitratos (como E-249 Nitrito potásico, E-250 Nitrito sódico, E-251 Nitrato sódico, E-252 Nitrato potásico), empleados en perritos calientes, salami,  bacon, jamón... Resaltan que estas sustancias -usadas como saborizantes, conservantes y colorantes- aunque puedan prolongar la duración y dar un color rosado más atractivo a estos alimentos durante semanas,  pueden estar asociados a problemas de salud. Sobre los nitritos, que pueden formarse a partir de los nitratos, se dice, por ejemplo, que pueden reaccionar con las aminas, que se forman naturalmente, y originar nitrosaminas asociadas al cáncer.
 Sobre el propil paraben  (E-216) -usado como conservante en tortitas, magdalenas y conservantes alimentarios- la guía comenta lo difícil que es entender que esta «sustancia disruptora endocrina pueda estar autorizada en los alimentos y todavía más difícil de creer que sea calificado como «Generalmente Reconocido como Seguro» . EWG pasa revista a estudios en animales que lo asocian a daños en el esperma o al descenso en los niveles de testosterona, además de a la alteración de la expresión de genes en células de cáncer de mama (cuyo crecimiento podría acelerar), o a infertilidad femenina… comentando que las personas pueden exponerse tanto porque se haya añadido directamente como por la contaminación con esta sustancia durante el procesado y el envasado. El propil paraben ha sido detectado en más de la mitad de muestras analizadas de productos lácteos, carne y vegetales. Más del 90% de los americanos tienen niveles detectables de estas sustancias en su orina BHA 
Otra de las sustancias citadas en la guía de EWG es el Butil Hidroxi Anisol o BHA (E-320), que puede hallarse en algunas patatas fritas y carnes conservadas, también en grasas y alimentos grasos y como conservante en condimentos. EWG crítica que la Administración para los Fármacos y Alimentos de Estados Unidos (FDA) lo catalogue como «seguro» cuando entidades muy serias lo listan entre las sustancias que pueden causar cáncer. Además, la Unión Europea lo incluye entre las sustancias que pueden ser disruptores endocrinos. Diferentes estudios lo asocian a una reducción de los niveles de testosterona y tirosina, afección a la calidad del semen y el desarrollo de los órganos sexuales en animales de laboratorio, así como a un menor crecimiento, mayor mortalidad  en las crías o efectos sobre la conducta. También preocupa el Butil Hidroxi Tolueno o BHT (E-321), emparentado con el anterior, estando frecuentemente juntos en los mismos productos y pudiendo, dice EWG, actuar sinérgicamente. Aunque no haya sido listado como carcinogénico, esta entidad comenta que ha sido asociado al cáncer en diferentes investigaciones con animales de experimentación. También a efectos sobre el desarrollo,  tiroideos y sobre las habilidades motoras y la coordinación. 
Los aditivos alimentarios fosfatados, por su parte, que pueden estar presentes en alimentos altamente procesados, incluidas algunas comidas rápidas, se cuentan, según EWG, «entre los aditivos alimentarios más comunes» y están presentes en productos horneados, reduciendo su acidez y mejorando la retención de humedad y textura de las carnes procesadas. En personas con problemas renales crónicos su elevada presencia en el organismo ha sido asociada a enfermedades cardiacas y muertes (y algunos estudios los asocian a ese tipo de problemas en personas sin esos problemas renales). La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) está reevaluando las implicaciones del uso de estas sustancias como aditivos.
Los aditivos de aluminio, como el sodium aluminum phosphate y el  sodium aluminum sulfate, son usados como estabilizantes en muchos alimentos procesados. Aunque el aluminio, un metal abundantísimo en la corteza terrestre, también puede estar presente en los alimentos, recuerda EWG que los aditivos alimentarios con esta sustancia son una fuente principal de exposición humana a esta sustancia persistente y bioacumulativa (por ejemplo en los huesos). Se alude a los estudios con animales que asocian la exposición intrauterina y durante el desarrollo a efectos sobre el sistema nervioso.
 EWG muestra una preocupación especial por el asunto de los ingredientes saborizantes o aromatizantes secretos. No solo por el hecho de que las industrias manipulen los sabores para hacer más apetitosos alimentos poco saludables, pudiendo contribuir incluso a una sobrealimentación, sino a otros hechos que tienen que ver con su composición química. Apuntan que el término «sabor o aroma natural» (así llamado aunque pueda contener sustancias químicas sintéticas) está en millares de alimentos, en concreto en uno de cada cuatro, aunque en las etiquetas solo suelan aparecer, unos pocos como sal, agua o azúcar. También es frecuente el término «sabores o aromas  artificiales» que vendría a aparecer en una de cada siete etiquetas. Lo cierto, nos dice EWG, es que «cuando ves la palabra «sabor» o «aroma» en la etiqueta de un alimento, casi no puedes saber qué productos químicos se han añadido a la comida bajo el paraguas de este vago concepto. Para personas que tienen alergias a los alimentos poco comunes o con una dieta restringida, esto puede ser una seria preocupación».
 Comenta además esta organización de salud y medio ambiente norteamericana que, frecuentemente, los saborizantes y aromatizantes químicos son mezclados con emulsificantes, disolventes y conservantes , que son denominados como «aditivos incidentales» sin que el fabricante haya de revelar su presencia en las etiquetas, aunque pueden ser del 80 al 90% de la mezcla. «Las mezclas saborizantes o aromatizantes», se añade, «son complejas, y pueden contener más de 100 sustancias diferentes». PROPYLENE GLYCOL 
Llaman la atención sobre el hecho de que se etiquete como «saborizantes o aromatizantes naturales» a mezclas que en realidad pueden contener sustancias sintéticas como el disolvente propylene glycol o el conservante BHA o incluso ingredientes derivados de cultivos transgénicos. Y comentan que «las compañías que crean las mezclas aromatizantes suelen ser las mismas que elaboran las sustancias químicas de fragancia para perfumes y cosméticos». EWG, se nos dice «aboga para que se revelen todos los ingredientes de las fragancias y también de los aromatizantes». Esta organización aconseja que, para evitar en lo posible exponerse a estas sustancias, se opte por alimentos frescos y no por alimentos procesados que pueden contener sustancias químicas que hayan alterado su olor y sabor y que se pida a las empresas que revelen qué sustancias están usando para ésos fines.
Otro elemento que preocupa a EWG son los colorantes artificiales, empleados para mejorar la apariencia de alimentos de poco valor nutricional. Y cita ejemplos como los colores caramelo III y IV que, se denuncia, pueden contaminarse con algunas sustancias que habrían sido asociadas a tumores como el 4-metilimidazol (4-MEI). También alude a la inquietud existente sobre los efectos de algunos colorantes sintéticos sobre la conducta de los niños (como la hiperactividad). 
Sobre el bromato de potasio (E-924), que puede encontrarse en algunos panes y galletas, y sería usado para fortalecer la masa y favorecer su horneado,  se comenta que ha sido considerado como cancerígeno por el Estado de California y como posible carcinógeno por entidades como la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC). Añade EWG, que aunque la mayor parte de él se convierte en otra sustancia no cancerígena durante el horneado, habría sido detectado en pequeñas cantidades en los productos finales. La guía señala que su uso no se permite en el Reino Unido y Canadá, así como en la UE, pero que en USA aún se permite añadirlo a la harina. GALATO DE PROPILO 
Sobre el galato de propilo (E-310), conservante usado a veces en productos con grasas como las salchichas y el tocino, y que diferentes estudios e informes han asociado, con mayor o menor peso, a tumores, se comenta que hay mucho que estudiar acerca de sus posibles efectos reproductivos o de disrupción endocrina.
 Otra de las sustancias citadas es la teobromina. EWG relata como en 2010 una compañía pidió a la FDA que listase la sustancia, un alcaloide presente en el chocolate con efectos semejantes a la cafeína, como «generalmente reconocida como segura» para usarla en una serie de alimentos como el pan los cereales o las bebidas energéticas. Los científicos de la agencia americana apuntaron que el consumo medio en humanos era cinco veces más alto que el que la compañía reportaba como seguro y que la empresa no explicaba adecuadamente por qué los efectos reproductivos y sobre el desarrollo vistos en animales no eran preocupantes. Pero finalmente el uso de la teobromina fue considerado como seguro en cualquier caso a pesar de la posición de la FDA (cosa que habría sucedido también con otros aditivos sido catalogados así sin contar debidamente con la agencia).
 La guía comenta que, al margen de la preocupación sobre los posibles efectos sobre los consumidores hay algunos aditivos que inquietan por sus efectos sobre los trabajadores. Un ejemplo que se cita es el del  diacetil (usado, entre otras cosas, como saborizante en las palomitas para microondas) que habría sido asociado a la bronquiolitis obliterante, una enfermedad muy grave de las vías respiratorias que han sufrido empleados de alguna empresa alimentaria en Estados Unidos. VIGILA LO QUE COMES 
La guía que ha presentado EWG no hace más que responder a lo que es una inquietud que muestran muchos ciudadanos en los países occidentales. La ciudadanía muestra, con carácter general, una cierta desconfianza hacia los aditivos alimentarios y las garantías sanitarias reales que pueda ofrecer el uso de algunos de ellos. Sabe que hoy en día, el proceso de artificialización de la producción de alimentos, ha traído consigo entre otras cosas, una fuerte utilización de estos aditivos, muchos de ellos sintéticos. Colorantes, conservantes, antioxidantes, saborizantes, aromatizantes, edulcorantes, antiapelmazantes, emulsionantes, estabilizantes, espesantes… Sin embargo, los consumidores tienen muy poca información al respecto y, básicamente, se ven obligados a confiar en que las autoridades estarán controlando bien el asunto.

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10 BUENAS RAZONES PARA CONSUMIR PRODUCTOS ECOLOGICOS

10 buenas razones para consumir productos ecológicos

Son muchas las razones para optar por la alimentación ecológica. Entre los motivos que nos llevan a adquirir alimentos ecológicos podemos mencionar la propia salud, la preservación del medio ambiente, la protección de los animales y el sabor de los alimentos.

De un tiempo a esta parte, un gran número de consumidores ha optado por los denominados productos ecológicos, biológicos u orgánicos, huyendo de los transgénicos, los falsos “bios” y los escándalos de contaminación alimentaria. A continuación exponemos diez buenas razones para consumir estos productos ecológicos.

1. SON SALUDABLES

Los productos ecológicos son más saludables ya que están libres de residuos tóxicos persistentes procedentes de pesticidas, antibióticos, fertilizantes sintéticos, aditivos y conservantes, muchos de ellos utilizados en la agricultura convencional para eliminar insectos o plagas y combatir enfermedades, y que a medio o largo plazo pueden dañar nuestro organismo.

Al no contener substancias artificiales, los alimentos procedentes de la agricultura ecológica son asimilados correctamente por el organismo sin alterar las funciones metabólicas. Según los especialistas en nutrición, gran parte de las enfermedades degenerativas tienen su origen en la alimentación.

Otra característica de la agricultura ecológica es que, al cultivar los alimentos en suelos equilibrados por fertilizantes naturales, los productos son más nutritivos ya que contienen unos niveles más altos de vitaminas –especialmente la C–, minerales esenciales –calcio, magnesio, hierro, cromo…–, y antioxidantes –que ayudan a prevenir determinadas enfermedades como el cáncer–.

2. NO CONTIENEN ADITIVOS SINTÉTICOS

Lo alimentos ecológicos no contienen aditivos de síntesis que pueden provocar problemas en la salud tales como insuficiencias cardíacas, osteoporosis, migrañas y hiperactividad. Cabe destacar que los productos biológicos, cultivados sin el uso de agroquímicos, respetando los ritmos naturales y sin aditivos, son equilibrados y muy ricos en nutrientes.

Por otro lado, diferentes estudios han demostrado que no es imprescindible la incorporación de sustancias de síntesis en el cultivo o producción de alimentos ni en su conservación posterior. No hace falta buscar productos fuera de temporada para colmar las necesidades nutricionales de nuestro organismo.

3. NO CONTIENEN PESTICIDAS

Centenares de pesticidas químicos son utilizados habitualmente en la agricultura convencional lo que provoca que restos de residuos de pesticidas aparezcan en los alimentos procedentes de esta agricultura que ingerimos diariamente. Diferentes estudios toxicológicos realizados demuestran la relación existente entre los pesticidas y ciertas patologías como el cáncer, las alergias y el asma.

El uso de pesticidas también es perjudicial para la salud del trabajador agrícola, un problema serio especialmente en países en desarrollo, donde el uso de pesticidas está poco regulado. A su vez, la utilización de estas sustancias daña el medio ambiente y conlleva un coste adicional a la sociedad, ya que ésta debe eliminar los residuos que los pesticidas dejan en la naturaleza.

4. NO CONTIENEN ORGANISMOS GENÉTICAMENTE MODIFICADOS

En la agricultura ecológica no se autorizan los organismos genéticamente modificados (OGM). La agricultura con organismos genéticamente modificados conduce hacia la uniformidad genética y con ello hacia una erosión genética, lo que significa una pérdida de variedad, con grandes extensiones de un mismo cultivo. La agricultura ecológica quiere conservar e impulsar la variedad genética de las especies y tipos, y con ello la riqueza de los paisajes de cultivo.

5. NO CONTIENEN ANTIBIÓTICOS

En la actualidad existe una preocupación sobre el creciente uso de antibióticos en la ganadería tradicional y los posibles efectos sobre la salud humana. Los estándares de control del reglamento europeo prohíben el uso de antibióticos en la ganadería ecológica, hecho que beneficia la salud de los consumidores.

El tratamiento veterinario que se dispensa al ganado, salvo excepciones muy tipificadas, es en muchas ocasiones homeopático; esto significa que los animales se cuidan de forma preventiva, evitando la administración de antibióticos, tranquilizantes u hormonas.

6. SON SOSTENIBLES CON EL MEDIO AMBIENTE

Respetar el medio ambiente es una de las máximas de los productos ecológicos; cuando consumimos alimentos de cultivo ecológico colaboramos en la conservación del medio ambiente y evitamos la contaminación de la tierra, el agua y el aire.

La agricultura ecológica es la más respetuosa con la fauna, la que genera una contaminación más baja de aerosoles, produce menos dióxido de carbono, previene el efecto invernadero, no genera residuos contaminantes y ayuda al ahorro energético y de los gobiernos, ya que en el cultivo y en la elaboración de los productos se aprovecha el máximo de recursos renovables.

Cabe destacar que la disminución de la diversidad biológica es uno de los principales problemas ambientales de la actualidad; la agricultura orgánica preserva las semillas para el futuro, impidiendo, de este modo, la desaparición de algunas variedades de gran valor nutritivo y cultural.

7. TIENEN MÁXIMOS NIVELES DE CALIDAD

Los alimentos ecológicos provienen de la agricultura ecológica, que utiliza un sistema de producción de la máxima fiabilidad pues está sujeto a una trazabilidad desde el campo hasta la mesa mediante el Reglamento Europeo 2092/91. Todos los agentes que intervienen en la cadena agroalimentaria están sujetos al control e inspección de las materias primas utilizadas, el proceso de elaboración, el envasado, el etiquetado, etc. mediante las empresas de control y certificación acreditadas.

8. SON RESPETUOSOS CON EL BIENESTAR ANIMAL

El reglamento europeo contempla medidas específicas para la ganadería ecológica en lo que respecta a la habitabilidad en las granjas con el objetivo de evitar el estrés de los animales y potenciar el crecimiento en semi libertad. Este tipo de ganadería permite que los animales crezcan a su ritmo natural y en unas condiciones de vida adecuadas.

Los animales no son manipulados artificialmente o de manera intensiva para lograr una mayor producción, ya que, entre otros aspectos, no se practica la inseminación artificial ni se emplean hormonas.La alimentación de estos animales está basada en pastos naturales, leche preferiblemente de su propia madre, y piensos y forrajes ecológicos, exentos de pesticidas, fertilizantes y transgénicos.

Es importante destacar que un animal bien cuidado y sin estrés produce más y goza de más salud.Otra característica de la ganadería ecológica es que potencia las variedades autóctonas, que son las que mejor se han adaptado a las condiciones de la zona.

9. SON RESPETUOSOS CON LA NATURALEZA

La agricultura ecológica fertiliza la tierra y frena la desertificación; favorece la retención del agua y no contamina los acuíferos; fomenta la biodiversidad; mantiene los hábitats de los animales silvestres, permitiendo y favoreciendo la vida de numerosas especies; respeta los ciclos naturales de los cultivos, evitando la degradación y contaminación de los ecosistemas; favorece la biodiversidad y el equilibrio ecológico a través de diferentes prácticas: rotaciones, asociaciones, abonos verdes, setos, ganadería extensiva, etc.; potencia la fertilidad natural de los suelos y la capacidad productiva del sistema agrario; recicla los nutrientes incorporándolos de nuevo al suelo como compost o abonos orgánicos, y utiliza de forma óptima los recursos naturales.

En resumen, respeta el equilibrio de la naturaleza contribuyendo a la preservación del ecosistema y al desarrollo rural sostenible.

10. SON MÁS SABROSOS

Los productos ecológicos, al ser elaborados de forma más artesanal y cuidadosa, recuperan los gustos originales y tienen mejor sabor. Debido a que las plantas sólo son regeneradas y fertilizadas orgánicamente, éstas crecen más sanas y se desarrollan de mejor forma, conservando el auténtico aroma, color y sabor. Por ello, muchos consumidores prefieren alimentos ecológicos, ya que conservan el verdadero gusto de cada ingrediente y les permite recuperar el sabor tradicional de los alimentos.

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