Las semillas de chía son originarias de Centroamérica y eran consumidas por el pueblo indígena hace más de 6.000 años. Como curioso: las semillas de chía fueron usadas como moneda en México durante los años 1500 a.C y 900 a.C. También se usaba para obtener lo que se denominaba ‘agua fresca de chía’, esto es, agua mezclada con las semillas, y se utilizaba como bebida isotónica.
En la actualidad, las semillas de chía son objeto de por ser uno de los alimentos con mayor cantidad de Omega 3 y su capacidad para retener agua gracias a sus mucílagos. También se investiga la introducción de las semillas en la dieta de los animales de granja para obtener un mayor aporte de Omega 3 en huevos y lácteos.
La chía se consumir de distintas maneras: haciendo harina de chía, aceite de chía, como semillas, etc.
Composición nutricional de las semillas de chía
El mayor nutriente que aportan las semillas de chía son los carbohidratos. Casi el 50% de la semilla son carbohidratos complejos y fibra soluble –conocida como mucílago-. Por eso la chía aumenta de peso hasta cuatro veces cuando se mezcla con agua, y queda una textura en forma de gel. En el estómago, este gel es una barrera que hace que los alimentos se absorban más lentamente, lo que evita que haya un pico rápido de insulina que luego nos deje sin azúcar en sangre. Por tanto, también tiene un gran poder de saciedad.
Es un alimento altamente beneficioso para, pero también para deportistas que quieran que la ingesta de carbohidratos sea absorbida más lentamente para proporcionar una energía más sostenida. Como también se ha nombrado, tiene un gran aporte de fibra soluble que mejora el tránsito intestinal, lo que la convierte en un remedio natural contra el estreñimiento.
En cuanto a su aporte de proteínas es de aproximadamente 16/100 grs, una cantidad superior a la de cereales como el arroz o el maíz. Además, contiene la proteína lisina, un aminoácido deficitario en todos los cereales. Es perfecta para combinar con otro cereal, por ejemplo, la quinoa o el arroz. Pero además, puede ser ingerida por celíacos ya que al contrario que los cereales, no contiene gluten.
Por último, destacar su alto aporte del ácido graso esencial Omega 3 (en forma de precursor: ácido alfa-linolénico). Junto con el lino, es una de las semillas con más en este ácido, lo que lo hace un alimento ideal para vegetarianos y veganos con niveles de colesterol elevados o que quieran cuidar su salud cardiovascular.
Otros nutrientes en las semillas de chía son: la fibra, la vitamina E, ácido fólico, niacina, calcio, zinc, cobre o manganeso.
La chía se tomar de múltiples formas: se puede fabricar aceite de chía, harina de chía hacer deliciosos postres, añadir en yogures, en ensaladas, en platos elaborados, en jugos, zumos y batidos. La ración diaria recomendada de esta semilla gira en torno a los 15-20 g (1-2 cucharadas) para evitar malestares gastrointestinales. La receta que hoy os proponemos es un batido de fresa con semillas de chía.
Batido de fresa con semillas de chía
Ingredientes
- 1 yogurt natural
- ½ vaso de leche
- 2 cucharaditas de semillas de chía
- Fresas frescas troceadas
Elaboración
Mezclar todos los ingredientes en el vaso de la batidora y triturar. Verter en un bol y a disfrutar!